'Vivi' ya no echa de menos a Paola Suárez.

Parece que Virginia Ruano ha encontrado una nueva compañera para seguir haciendo historia en la disciplina que la lanzó en su día al panorama mundial del tenis femenino. Aquellos cuatro Roland Garros que ganó junto a su inseparable Paola Suárez, ya retirada, han encontrado continuidad junto a una nueva compañera, Anabel Medina.

Pocos podían pensar que después de sus triunfos en Estocolmo (el pasado año) y en Hobart, a principios de año, esta dupla iba a lograr ganar Roland Garros, una victoria que supone el noveno Grand Slam en dobles femeninos para 'Vivi', que ganó un Roland Garros en mixtos junto a Tomás Carbonell, ya por 2001. Por su parte, Anabel Medina, que había destacado tanto en individuales como en dobles, logra su primer Grand Slam, en un torneo en el que ya alcanzó las semifinales de dobles dos años atrás.

La pareja española no empezó muy bien la final, y en menos de cuarenta minutos ya contaban con un 6-2 en contra, ante unas Schiavone y Dellacqua mucho más centradas. Pero ni mucho menos se vinieron abajo, y buena culpa de ello lo tuvo Ruano, curtida en mil batallas como ésta, que supo como serenar a Anabel y ambas lograron sobreponerse y ganar el segundo set.

Sería el tercer set quien decidiría quienes debían ganar en la Suzanne Lenglen, y la balanza se decantó del lado de las españolas. 'Vivi' aportaba su experiencia y Anabel su juventud y ganas, algo que no se correspondía en la otra pareja, en la que la experiencia de Francesca Schiavone no estaba acompañada de la juventud de una apagada Dellacqua.

La dupla española era consciente de que la australiana no tenía su día, y lanzando gran parte de sus bolas hacia Dellacqua cimentaron una merecidísima victoria que se anotaron tras más de dos horas y cuarto de sufrimiento por 2-6, 7-5 y 6-4.