Con un juego sencillo y directo, Alemania impuso anoche su condición de favorita en esta Eurocopa tras ganar por 2-0 a la Polonia de Smolarek y Borowski. No fue precisamente un gran partido, aunque en él La 'Mannschaft' demostró que puede hacer algo grande, sobretodo del mediocentro para arriba, que hacen olvidar su torpe e irregular zaga, que forman, para daros una idea, Christopher Metzelder, el eterno suplente lesionado en el Madrid, o el meta Jens Lehmann, suplente en el Arsenal de Manuel Almunia (que pese a ser titular con los 'gunners' no ha sido llamado por España) durante toda la temporada . Y es que da pavor el tan solo mencionar algunos nombres que se encuentran en la zona de ataque como pueden ser los Ballack, Frings, el español nacionalizado alemán Mario Gómez o los Miroslav Klose o Lukas Podolski,. Estos dos últimos, además, son originarios de Polonia, aunque prefirieron jugar con Alemania al contar con doble nacionalidad. Y curiosamente fue el segundo, el delantero del Bayern, originario de la pequeña localidad de Gliwice, quien doblegó a sus compatriotas. Ese olfato de gol y esa movilidad endiablada que parecía haber perdido meses atrás volvieron a quedar videntes ante los de Beenhakker, que apretaron a tope durante todo el partido.
Se adelantaron pronto los germanos, concretamente en el minuto 19. Ballack, aprovechando que la zaga polaca estaba mal colocada, envió un pase en largo de los suyos que controló Klose. Un polaco 'alemanizado' asistió al otro, y de este modo, Miroslav le puso un balón raso a Lucas para que rematase a puerta sola ante un desubicado meta Boruc. Era el 1-0 no celebrado por ninguno de los dos, que en el fondo se sienten polacos, y que enturbiaba los ánimos de los pupilos de Beenhakker, y de la afición, que había visto a Kubica solo una hora antes ganar el primer GP de Fórmula 1, logrando la primera victoria de un polaco sobre ruedas, y justo en el circuito en el que casi pierde hará ahora un año la vida, en Montreal. Pero este primer gol no sirvió de reacción para Polonia, y no fue hasta después del descanso cuando, tras la entrada del nacionalizado Roger Guerreiro (sí, ese menudo brasileño que pasó por el Celta sin pena ni gloria y que no agradaba a Fernando Vázquez), los de Beenhakker comenzaron a dominar y a intentar el empate. Y cuando más cerca estaban de lograrlo, con un Guerreiro que se echó el equipo a las espaldas y que comenzó a crear y a destilar fútbol por todos los lados, otro fallo defensivo, ahora de Golanski, por 'jugar' en su área, sirvió al recién entrado Bastian Schwensteiger, para robarle el cuero al defensa y, para que tras una serie de rebotes, Podolski, de nuevo, batiese por bajo a Boruc en el 70'. Lucas de nuevo no lo celebró, y los polacos, ahora sí, se desesperaban, ya que cuando más merecían el gol, se vieron sentenciados. No dio tiempo para más, y los de Joachim Löw se llevan el sabor de la victoria. Una victoria poco trabajada, pero que puso fin a los 12 años de Alemania sin ganar un encuentro de Eurocopa. Curiosamente, la última victoria en esta competición de los alemanes, acaeció cuando se proclamaron campeones de Europa.
Así las cosas, el pichichi de la Euro, polaco, ha logrado sus dos goles ante Polonia. Qué cosas.
En el otro partido, la joven croacia del técnico 'heavy' Slaven Bilic, con Kranjcar o Modric a la cabeza, se impuso en uno de los, hasta ahora, partidos más aburrido de la competición a una selección austriaca que mereció más en el Ernst-Happel Stadium vienés. En el minuto 4, un penalty cometido por Aufhauser sobre Ivica Olic tras un pase del propio Modric al área que suponía una ocasión clara de gol para Croacia, sirvió para que Modric, desde los 11 metros, engañase a Jurglen Macho para poner así el 1-0 en el luminoso. Demasiado pronto se adelantaba Croacia, que intentaba, una y otra vez, volver a perforar la portería austriaca y lograr, por medio de jugadas maquinadas entre Srna, Kranjcar, los Kovac y sobretodo un gran Modric el gol de la tranquilidad. Pero el gol no llegaba y en frente, Austria, comenzaba a recomponerse del gol, y a hacer juego. Así se llegó al descanso.
En la segunda, Croacia sorprendió por su juego rácano y burdo, y se encerró atrás. De este modo, los croatas se olvidaron del buen juego y de lograr el segundo para tratar de conservar el marcador. Pero los austriacos no son mancos, y la pasimonía de los de Bilic les dio alas y les motivó a tope para lograr el ansiado gol ante su público. Además, la entrada al campo del veterano Ivica Vastic y la mejoría del juego austriaco hicieron más posible si cabe un hipotético tanto de los de Hickersberger. Como se preveía, los austriacos comenzaron a ver puerta, aunque les faltaba claridad de cara al gol y a un pletórico Pletikosa. Para tratar de remediar ésto, entraron al campo Kienast y Korkman, dos arietes puros. Pero nada, ni con esas. Austria veía como el tiempo se iba, y como la suerte se aliaba con la selección croata, cuyos detalles de clase de la primera parte se habían difuminado. Modric ni la olió en el segundo tiempo. Korkman tuvo el empate tras un tiro cruzado, y una jugada tras previa falta, ya en el descuento, estuvo a puntito de provocar el tanto de un incansable Vastic. Pero ni con esas. Al igual que había ocurrido antes con Suiza, la otra anfitriona, y pese a merecer la victoria por mucho, Austria no obtuvo su premio y una descafeinada Croacia fue la que se llevó el gato al agua.
Mañana, analizaremos a fondo la victoria de una de las selecciones que parecen más fuerte, Holanda, por 3-0 ante la campeona del mundo Italia, al igual que el empate sin goles entre una flojísima Francia y Rumanía, que hizo los deberes. Todo ello, en el 'grupo de la muerte', el Grupo C.
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