La fortuna se volvió a aliar, esta vez en cuartos, con el combiando turco dirigido por Fatih Tërim. Si ya en primera fase vencieron a Suiza con un gol en el último minuto de Arda Turan, y a la República Checa con dos goles de Nihat a falta de tres minutos de partido, esta vez le tocó sufrir la maldición de la bendita fortuna turca a la selección croata. Los de Bilic llegaban al partido como favoritos, habiendo vencido contundentemente en todos los encuentros disputados en la fase de grupos. Sin embargo, los turcos, habiendo llegado, como ya dije, a cuartos por suerte, no iban a dejar a los Modric, Srna o Kranjcar pasearse en su cara. El partido transcurrió tranquilamente, con pocas ocasiones para ambas parte, y con un Olic muy fallón en la punta de ataque croata. Rustu Recber, viejo conocido aquí en España tras su periplo barcelonista años atrás, y Pletikosa, en mi opinión 'portero revelación' de la Euro, mostraron sus dotes de grandes porteros salvando a los suyos una vez sí y otra también. Aunque fue el meta turco quien tuvo más trabajo, alternando paradas inconmensurables con cantadas de crío. Modric comandaba el partido, y cada ocasión de peligro croata salía de sus botas. Pero nada. Croacia dominaba pero llegaba poco, y Turquía, con un Nihat muy solo arriba, apenas inquietaba a Pletikosa. Así acabaron los 90 minutos de partido, con 0-0. Prórroga. 30 minutos fatídicos en los que hay que hacer gol. Si no, a penaltys. La primera parte de la prórroga acabó sin ocasiones, con ambos equipos reuniendo fuerzas para en los últimos quince minutos cerrar en choque. Ahora era Turquía quien lo intentaba, y Croacia, mentalizada ya con los penaltys, estaba cerrada atrás recuperando las fuerzas necesarias para no fallar desde los 11 metros. Solo Modric parecía querer finiquitar el partido por parte croata. Y el joven jugador del Tottenham no se detuvo en su intento. Modric llega al área tras una contra iniciada y, tras un fallo de Rustu (que sale a por él pero se queda a medio camino), el menudo jugador la pone al punto de penalty para que Klasnic remate a puerta sola. Minuto 119. Nadie confiaba en la reacción turca a falta de un minuto para el final. Un final en el que los de Tërim siempre resurgen de sus cenizas. Bilic se veía ya confiado en semifinales, al igual que todos los croatas, que veían de nuevo recompensado el haber jugado bien y el haber ido a por la victoria más que los otomanos. Pero las confianzas son malas, y en ocasiones, muy malas. Ya estamos en el 120'. Rosseti descuenta un minuto. El balón le llega a Rustu, quien, consciente de su fallo, la manda al área croata. Tras un barullo, el balón sale hacia atrás, y Senturk, de un pepinazo y para disgusto croata, establece de nuevo las tablas. 1-1. A penaltys.
Los penaltys completaron el milagro turco ante la parsimonía e inquietud de los de Bilic, que quedaron bastante tocados. Otra vez que los turcos pasan por los pelos. Ahora ya no decimos que los de Tërim tengan una flor. Ahora sabemos que tiene un jardín. Ahora en semis les espera Alemania, verdugo de Portugal. Los otomanos llegarán al choque con 10 bajas, entre ellas Tuncay, Nihat, Arda Turan o Asik, algunos los principales artífices de este sueño llamado Eurocopa, del que esperan no despertar. Pero nada es eterno...
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