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viernes, 29 de mayo de 2009

Cuestión de educación.

Uno de los principales valores que ha inculcado Pep Guardiola en este FC Barcelona es la educación. El técnico jamás ha tenido en todas sus ruedas de prensa, y mira que ha comparecido veces, un simple desliz, ni un fallo. Su conducta y respuestas han sido siempre intachables, llenas de cortesía y respeto, nunca despectivas ni ofensivas. Partiendo de esa importantísima base, Guardiola ha ido formando un grupo de futbolistas que, al margen de aspectos deportivos, sean muy buenos o muy malos, tienen algo muy importante en su profesión, en el deporte y, en general, en la vida cotidiana: tienen educación. El grupo creado por el técnico catalán ha demostrado saber estar siempre, tanto en la victoria como en la derrota (circunstancia poco repetida en esta brillante temporada), y nunca he perdido los papeles cuando las cosas iban mal.

Pero, desde luego, los principios de Pep parecen distar mucho de los de Sir Alex Ferguson y sus pupilos. La clase y el estilo que demuestran los culés dentro y fuera del campo es la antítesis a la macarrería que exhiben los ingleses allá por donde van. El caso es el mismo que el de Guardiola. El equipo se adapta al estilo del entrenador. Y en este caso, el preparador del los ingleses no es precisamente una persona que destaque por su humildad y su sensatez, sino más bien todo lo contrario, pues en sus declaraciones se puede observar un elevado grado de chulería, prepotencia y egolatría. Un señor que también parece tener manía persecutoria, o un sentimiento similar, pues según ha declarado en muchas ocasiones, todos van contra él y su entorno. En su dilatada trayectoria en el Manchester United, Ferguson siempre ha mostrado un carácter irrespetuoso e irreverente hacia sus rivales, jamás les ha lanzado alguna flor y siempre ha empleado el insulto como modo de desequilibrio psicológico; ha educado a sus jugadores desde el desdén hacia los otros, cultivando el menosprecio hacia el rival, sin ningún valor ni afecto. De un entrenador que ha soltado toda clase de improperios contra el Real Madrid y tantos otros jugadores y equipos sistemáticamente, que está enfrentando con, entre otros, Rafa Benítez, poco se puede esperar en la faceta humana. El respeto que debería infundir por prestigio y palmarés, por edad y por veteranía en los jóvenes lo pierde cuando abre la boca y empieza a pronunciar todo tipo de sandeces a destiempo e injustificadas que lo único que consiguen es que se convierta verdaderamente en un personaje en ocasiones ridículo.

Y claro, de tal palo, tal astilla. Los hombres de Ferguson imitan a su mentor sobre el terreno de juego, provocando situaciones realmente deplorables, como la que se produjo en la recta final de la final de la Liga de Campeones que, recordemos, conquistó el FC Barcelona superando en la final al Manchester por 2-0. El encuentro ya no tenía apenas historia, pues los azulgrana ya mandaban en el marcador por dos goles de ventaja y controlaban plenamente la situación. Fue entonces cuando los británicos, en un acceso de impotencia por no poder reeditar el triunfo de la campaña anterior y haber sido aplastados por el Barcelona, empezaron a entrar muy duramente a los jugadores culés poniendo en peligro su integridad física. Aunque afortunadamente las agresiones se saldaron sin lesiones graves, la imagen que ofrecieron las estrellas del Manchester fue paupérrima e infantil, denotando una importante falta de educación y respeto hacia aquellos que han sido superiores, y dejando muy baja la imagen de la entidad del Manchester United ante el público. Pero ya lo hemos dicho, esto viene de raíz.

Particularmente, dentro de esa inmadurez y categoría expuesta por los 'red devils', debemos hacer un inciso en el archiconocido Cristiano Ronaldo. El portugués fue el que, como casi siempre en los peores momentos, dio la peor imagen. Manifestó su impotencia mediante continuos gestos de desaprobación y agresiones improcedentes hacia sus rivales, y en especial hacia su pesadilla durante toda la noche, Carles Puyol. El zaguero catalán superó al astro luso y éste, lejos de reconocer su superioridad, se dedicó a agredirle. Pudo ser expulsado, pero por ser quién es, el niño mimado de la UEFA, permaneció hasta el final del encuentro sobre el césped. Futbolísticamente el proclamado recientemente 'mejor jugador del planeta' no ofreció tampoco un gran espectáculo, pero su imagen como persona volvió a ser lamentable. Una vez más, y ya van muchas, Cristiano Ronaldo volvió a exhibir una pésima educación, una inteligencia bastante dudosa y, sobre todo, una inmadurez propia de un adolescente malcriado. Volvió a lucir infantilismo ante la derrota e hizo gala de su carencia de valores. Así que bien puede aprender el grosero futbolista portugués de cualquiera de los once jugadores con los que se enfrentó en Roma, quienes , además de superarle futbolísticamente, le superan, y con creces, en el aspecto más importante que define a un 'crack'. La clase y el estilo como personas. Y, desde luego, Ronaldo ha vuelto a demostrar una vez más, que él, por mucho que les pese a algunos, no lo es.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Pellizotti también sabe.

No es Sastre el único que parece querer recuperar el espectáculo para el ciclismo moderno. Aunque esta vez el perjudicado haya sido nuestro ciclista, pues Carlos Sastre ha perdido su plaza de podio, no podemos hacer otra cosa que aplaudir a Franco Pellizotti por la exhibición que ha dado en el mítico Blockhaus. El corredor italiano de Liquigas dio una auténtica lección a todos sus rivales en la acensión a esta mítica cima descubierta en 1967 para el Giro, donde han ganado Eddy Merckx, José Manuel Fuente, Moreno Argentín y el todavía en activo Ivan Basso. El Blockahus, situado en la zona de los Abruzzos, esta vez no se alió con los españoles como lo hizo hace unos cuarenta años con José Manuel Fuente, donde se vistió de rosa tras una interminable cronoescalda. Una de las muestras de la dureza de esta ascensión es que la organización ha tenido que reducir la altura de la llegada de hoy, estipulada en 2.064 metros, que se ha visto reducida a los 1.674 metros, con motivo de la nieve que aún ocupa las laderas de este coloso transalpino.


Los 83 kilómetros entre Chieti y Blockhaus han sido suficientes para que un valiente Pellizotti se haya tomado su particular venganza y haya apeado a Sastre del podio. El italiano no esperó al último momento y también demarró desde bien abajo, completando una fabulosa ascensión. Intentó responderle el 'jefe', Lance Armstrong, quien poco a poco va aumentando sus prestaciones en la 'Corsa Rosa' y que quiso lucirse y probarse lanzándose a la caza de Franco Pellizotti. Sin embargo, la voluntad del texano no pudo con la fuerza y la garra del transalpino, pues de ese ataque dependían todas sus aspiraciones en la carrera. Así, ante la consistencia de Pellizotti el norteamericano dió su brazo a torcer y tiró la toalla, dejando por imposible cazar al fugado. Por detrás, Sastre se hundía en las rampas del Blockhaus y Menchov se hacía fuerte, respondiendo una vez sí y otra también a las ofensivas de Danilo di Luca, impotente ante la fortaleza del ruso. Sólo le pudo arañar al final cuatro segundos en meta fruto únicamente de la velocidad en los metros finales del corredor de LPR. Mientras, Sastre perdía dos minutos en la línea de meta y perdía dos puestos en la general, en favor del flamante ganador de etapa, Franco Pellizotti, que ocupaba el lugar que el español dejaba vacante en el podio, y de Ivan Basso, que también superaba al madrileño y se situaba cuarto en la general.

Clasificación de la etapa.

1 Franco Pellizotti (Ita) Liquigas 2:21:06
2 Stefano Garzelli (Ita) Acqua & Sapone - Caffe Mokambo 0.42''
3 Danilo Di Luca (Ita) LPR Brakes - Farnese Vini 0.43''
4 Denis Menchov (Rus) Rabobank 0.48''
5 Ivan Basso (Ita) Liquigas 0.57''
6 Marzio Bruseghin (Ita) Lampre N.G.C. 1.54''
7 Sylvester Szmyd (Pol) Liquigas 1.55''
8 Michael Rogers (Aus) Team Columbia - High-Road 1.59''
9 Carlos Sastre (Spa) Cervelo Test Team m.t.
10 Lance Armstrong (USA) Astana m.t.

Clasificación general provisional.

1 Denis Menchov (Rus) Rabobank 72.28.24''
2 Danilo Di Luca (Ita) LPR Brakes - Farnese Vini 0.26''
3 Franco Pellizotti (Ita) Liquigas 2.00''
4 Ivan Basso (Ita) Liquigas 3.28''
5 Carlos Sastre (Spa) Cervelo Test Team 3.30''
6 Levy Leipheimer (USA) Astana 4.32''
7 Michael Rogers (Aus) Team Columbia - Highroad 7.05''
8 Stefano Garzelli (Ita) Acqua & Sapone - Caffe Mokambo 8.03''
9 Tadej Valjavec (Slo) AG2R La Mondiale 9.58''
10 Marzio Bruseghin (Ita) Lampre - N.G.C. 10.33''

Una de Dos: ¿Barça o United?

Saludos lectores. Nos complace comunicarles que desde hoy la página contará con una nueva sección: "Una de Dos", donde, de una noticia deportiva de interés general, un miembro de nuestro equipo defederá una postura, y otro, la opuesta. Comenzaremos con un análisis de la ansiada final de la Champions, de ese ansiado partido que medirá mañana en Roma al Barça de Guardiola con el Manchester United de Ferguson. Deseamos de todo corazón que les guste este nuevo espacio.

BARÇA: FERNANDO


Le sobran argumentos al FC Barcelona para que pensemos que va a ser el próximo campeón de Europa y va a completar ese deseado y magnánimo triplete. El más evidente de ellos es el fútbol propiamente dicho, el preciosismo y la brillantez del juego de los hombres de Pep Guardiola, verdaderos virtuosos con el balón en los pies y que presentan sobre el terreno de juego la filosofía del fútbol de toque, veloz e imaginativo. La imaginación de la medular azulgrana es muy superior a la simpleza en la creación de los ingleses, un equipo veloz y que no supera al conjunto culé en ningún tipo de encuentro. Por supuesto, en un partido pausado y con posesión para los españoles sería evidente una victoria culé, pues la imaginación del mediocampo blaugrana acompañado de la velocidad de su tridente de arriba haría imposible a la zaga inglesa contener durante los noventa minutos al ciclón barcelonés. Pero es que ni tan siquiera en un encuentro de golpe a golpe, de poder a poder, desordenado, en el que primase más lo individual que lo colectivo, podrían dar el susto los ‘red devils’, pues, jugador por jugador, la superioridad culé es manifiesta también. La potencia de Rooney, Tévez y Ronaldo no servirá de mucho pues, pese a las sanciones de Abidal y Alves, la improvisación y genialidad del míster se plasmará en en recambios de garantías de contengan sin gran dificultad las acometidas del equipo inglés, el cual, reiteramos, es muy soso en comparación con el Barcelona, más flojo defensivamente y, además, mucho menos efectivo. Así, sólo nos queda disfrutar del espectáculo de mañana en Roma, de donde saldrá un claro campeón, el F.C. Barcelona.


MANCHESTER UNITED: ALEX JIMÉNEZ


No te engañes Fernandito. Un día antes de la esperada final de Roma, parece evidente que el United es el claro favorito para llevarse el gato al agua. Y es que pese a la fascinante capacidad del Barça y de Guardiola de invención, asombro y juego, los Red Devils cuentan con todo a favor para conquistar la que sería su cuarta Champions. Principalmente, porque los ingleses llegan al encuentro con solo una baja de su once de gala, la del sancionado Fletcher, frente a la flaqueza y espontaneidad de los laterales blaugrana, donde, con Alves y Abidal inhabilitados, Guardiola tendrá que hacer uso de su espabilada inteligencia y su don de improvisación para tratar de sacar el equipo adelante. Por otro lado, el conjunto español tendrá hasta el último momento la duda de Henry e Iniesta, dos de los pilares sobre los que se sustenta el equipo, y quienes, lesionados desde hace ya dos semanas, de llegar al partido llegarían caducos de forma y obsoletos de ideas, y si a todo ello añadimos la crisis de juego y efectividad por la que parecen estar pasando Messi y Eto'o, para qué queremos más. Ante esto, el Manchester tratará de pescar en río revuelto, y servirse de la singularidad de Cristiano Ronaldo, especialmente motivado en esta competición tras sus fiascos en Liga, y la genialidad de Tévez, ambos suscitados ante la posibilidad de estar disputando su último partido con la elástica británica, y de la garra, coraje y pundonor del cada vez más patriótico al club Wayne Rooney, para desmenuzar los improvisados flancos del equipo que mejor fútbol practica del continente. Asimismo, si a este sinfín de ventajas anexionamos el inmundo poderío defensivo de los de Ferguson, y el ápice que supondría para los Diablos Rojos repetir Orejuda, quizás superior a las ganas del Barça de materializar el Triplete, junto a la estadística, que relata que el United ha ganado la totalidad de las tres finales que ha jugado, se aparenta más claro que, por mucho que a los españoles nos pese, la próxima Champions residirá en las islas.




Ahora les toca a ustedes opinar. ¿Se proclamará campeón del Viejo Continente el Barcelona de Guardiola, Messi, Xavi, Puyol o Iniesta, o por el contrario lo hará el Manchester de los Carrick, Ronaldo, Ferdinand, Tévez, Van der Sar y compañía? Analizando nuestros argumentos, juzguen ustedes mismos.

martes, 26 de mayo de 2009

A la vieja usanza.

Hace apenas tres temporadas el ciclismo tradicional, el de la valentía por bandera, aquel en el que no existía el dichoso pinganillo, estaba en descomposición. Las exhibiciones que antaño nos brindaban los grandes, léase Chiapucchi o Virenque, entre otros muchos, tendían a pasos agigantados hacia la extinción, quedaban reducidas a la inspiración de un cada vez más veterano Jens Voigt, y cuando alguna de ellas era protagonizada por uno de los 'gallos' del pelotón, poco después salía a la luz un positivo por dopaje que evidenciaba la poca dignidad y coraje de muchos corredores situados en un pedestal por unos y por otros. Casos ejemplares son los de Roberto Heras en aquella etapa de la Vuelta a España en la que destronaba a Denis Menchov con una gran galopada, o la gran escapada en solitario de Floyd Landis en aquel convulso Tour de Francia que ganó Óscar Pereiro en los despachos.

La tendencia desde entonces es bien distinta. Cierta dósis de épica ha regresado a un deporte que la pedía a gritos, después de tanto tiempo en el ostracismo y bajo sospecha, y siempre a raíz del dopaje, las trampas... Carreras como la París-Niza hacen ver una pequeña luz al final de un largo túnel cuyo final aún no ha encontrado el deporte de las dos ruedas. Desde luego, si acaba encontrándolo, buena culpa de ello tendrán corredores como Carlos Sastre, uno de esos pocos románticos enamorados del ciclismo de ataque que hacen posible disfrutar de grandes hazañas de vez en cuando. Y hoy, en el Giro de Italia, en Monte Petrano, hemos asistido a una de ellas.

Eran 237 kilómetros entre las escarpadas montañas de la península itálica, de continuo sube y baja y con final en alto, en Monte Petrano, recorrido que en su tiempo hubiese sido más que apetitoso para los ya mencionados Virenque y compañía. Pero en la actualidad este recorrdio no levanta expectación entre los corredores ni ese 'gusanillo' en el estómago. Nada más lejos de la realidad. Ahora, las reacciones ante este tipo de etapas son pereza, quejas, remoloneos y mucha desgana. A pesar de todo, siempre hay algunos valientes, aunque ya nunca en solitario, que deciden enfrentarse a las rampas. Esta vez fueron Michele Scarponi, Yaroslavl Popovych, Damiano Cunego y Gabriele Bosisio, un cuarteto lleno de prestigio que se asoció buscando la gloria en las cima de Monte Petrano. Y, aunque sea triste, ya es de agradecer que cuatro corredores de este nivel se dignen a moverse ofensivamente desde lejos en una jornada como ésta.

Los cuatro fugados libraron una intensa batalla sin tregua que se cobró como primera víctima a un destemplado Scarponi, que está firmando una carrera bastante gris en conjunto sólo aderezada por su gran triunfo en Mayrhofen. Los tres supervivientes siguieron batallando sin descanso hasta que al final, en una selección natural, quedó el más fuerte, y el más entero físicamente. Popovych enterró las opciones de Bosisio y Cunego y los dejó a la cuenta dirigiéndose hacia una grandísima victoria. Como ya se ha dicho, en el ciclismo moderno y, sobre todo, con los ciclistas modernos, la renta de la que disfrutaba el ucraniano, buen escalador, habría sido más que suficiente. Pero volvió a las carreteras transalpinas, al caliente asfalto cercano a derretirse por el abrasador calor, esa esencia épica que hoy día aún rescatan ciclistas de la vieja escuela.

Carlos Sastre no se iba a conformar con contemplar como un escapado se imponía en Monte Petrano sin haber tenido en contra al pelotón, o, mejor dicho, a los restos que quedaban de él. Quizá la cercanía y el haber crecido junto a uno de los principales valores del ciclismo de ataque, el Chaba Jiménez, ha hecho de Sastre un corredor que no se amedrente ante las rampas de los colosos italianos a pesar de superar ya la treintena. Si tenía que caer, lo haría con las botas puestas. Pero no tenía que caer. La valentía se premia. No sólo fue cuestión de valentía. También tuvo buena culpa su tesón y, ante todo, que aún es uno de los mejores escaladores del pelotón. El madrileño completó una ascensión espectacular, rebasó a un incrédulo Popovych y sacó de punto a todos los favoritos, sin excepción. Sólo Menchov, Di Luca y Basso fueron capaces de moderar las pérdidas en meta. Los tres lograron perder escaso medio minuto, pero a partir de ellos el español de Cervélo desangró al resto de favoritos. Pellizotti y Garzelli perdieron poco menos de minuto y medio, Tadej Valjavec cedió dos minutos bastante largos y el dúo norteamericano de Astaná, Leipheimer y Armstrong, se llevaron la peor parte, dejándose en meta casi tres minutos.

El motín que organizó Sastre puso patas arriba la clasificación general, ganando dos puestos y colándose en el último escalón del podio, y alejando a Leipheimer considerablemente de los puestos de arriba. No cambia la cosa mucho para el líder, que hace cada vez más consistente su liderato y ya aventaja a Di Luca en treinta y nueve segundos y en dos minutos y diecinueve segundos al nuevo inquilino del tercer puesto, Carlos Sastre, quien, a su vez, distancia a Pellizotti en cuarenta y nueve segundos y a Ivan Basso en un minuto exacto.

El recorrido restante del 'Corsa Rosa' quizás sea insuficiente para que Carlos Sastre recupere esos más de dos minutos que le distancian del comandante de la carrera, Denis Menchov, pero la lección de casta y bravura que ha dejado quedará para la historia como uno de esos ataques instintivos de los grandes campeones, de aquellos que no entienden de tácticas conservadoras y deciden recuperar ese estilo que hizo grande a este deporte y que ahora con las nuevas épocas está cayendo en el olvido. Actuaciones como ésta son las que pueden ayudar al retorno del auge de este deporte, que debe dejar de lado las matemáticas y los cálculos y retomar el estilo libre y sin complejos de antaño. Por ello, sólo me queda decir: ¡Qué grande Carlos!

Con la retaguardia bien cubierta

Parece una evidencia que en nuestro país contamos con el combinado nacional que mejor fútbol practica del Universo. La selección más efectiva, la selección que, motorizada por Xavi, Silva, Senna o Iniesta y culminada por la magnánima labor de Torres y Villa, maravilla día sí y día tambíén allá por donde arrasa. La selección amiga, la selección del buen rollo, la de la perfección. Sin embargo, poco se habla del auténtico engranaje de este combinado. Me refiero a la portería. Y es que por fortuna, en nuestro país contamos con muchos de los mejores porteros del mundo. Ya no solo por el liderazgo o reflejos de Casillas, o por la casta y agilidad de Reina. Recordemos que también son españoles grandes guardametas como Diego López, Almunia, Aranzubía, Toño o Goitia, que nos recuerdan en cada partido la importancia que los cancerberos tienen en nuestra nación, y lo orgullosos que aquí nos sentimos de poder contar con ellos. Eso por no hablar de la generación que se nos viene encima. El pucelano Sergio Asenjo, que ya comienza a ser una realidad (a Mendilibar se lo van a decir), o los curtidos por momentos Antonio Adán o David de Gea nos garantizan sin lugar a dudas que en España tendremos portería para rato.





En cambio, entre tanto éxodo y odas a nuestros metas, cabe destacar un pero bastante importante. Que es muy probable que la mayoría de ellos, pese a ser sin duda de los mejores del mundo, nunca lleguen a vestirse la elástica roja de nuestra Selección. Lo cierto es que con Casillas y Reina no hay lugar a la redundancia, y que a buen recaudo ellos dos ocuparán la garita de la selección durante los próximos años, por mucho que les pese al resto de grandes porteros que tenemos aquí.




Quizá por ello no es ninguna tontería que Almunia quiera nacionalizarse inglés. El guardameta navarro es un fijo en el once titular del histórico Arsenal, donde desbancó a todo un Lehmann de la titularidad hace ya un par de años tras llegar a Londres viniendo de jugar como tercer portero en el Albacete hacía solo dos temporadas. Ahora, los elogios hacia su persona son algo a la orden del día, y todo el mundo, en especial el seleccionador inglés Fabio Capello, parece ver que nuestro Manuel es el indicado para acabar con un gafe de porteros que dura ya desde la retirada de Seaman. Pero no solo él debería plantearse esta hipótesis. Cualquiera de los nombres mencionados anteriormente serían indiscutibles en casi cualquier combinado mundial, exceptuando claro está en Brasil, Italia o la República Checa. Sin embargo, hay quien opina que el hacer esto, el nacionalizarse extranjero para jugar con otro país, significa traicionar a su patria. Pero no se engañen señores. A eso no se le llama traición, sino inteligencia, y sobretodo aprovechamiento de las nuevas oportunidades surgidas.




En cualquier caso, no es un mero tópico el decir que siempre quien más hace es del que menos se habla. Se demuestra en el fútbol. Es una realidad. Poco se habla de los hitos y proezas que realiza cada portero en cada partido, mas mucho se discute acerca de sus fallos. El mundo es injusto, de eso no hay duda, pero quienes sabemos qué se siente ante semejante infravaloración pensamos al unísono lo reconfortados que nos sentimos de contar con vosotros, Casillas, Almunia, Reina, Goitia, Asenjo o Diego López, en nuestro pequeño gran país.

sábado, 23 de mayo de 2009

Golpe sobre la mesa de Menchov.

Esta vez va en serio. No se va a andar con especulaciones, con ese estilo que ha dejado tantas dudas durante muchos años en el Tour de Francia, su objetivo manifiesto, sobre si realmente quería ganar la Grande Boucle. Denis Menchov ha aterrizado en el Giro del Centenario con las cosas claras. No es el momento de repetir de nuevo la habitual táctica de limitarse a aguantar a rueda de los ganadores. Ahora van a ser ellos los que le miren desde atrás. La filosofía de Menchov, en esta ocasión, si es clara: para ganar, hay que arriesgar.

El corredor de Rabobank no se guardó nada en los 60, 6 kilómetros que componían la contrarreloj entre Sestri Levanti y Riomaggiore, uno de los días que se antojaban claves en le devenir de la carrera. El líder hasta entonces, Danilo di Luca, afrontaba la etapa con un minuto y veinte segundos de ventaja sobre su perseguidor más inmediato, Denis Menchov, y algo más de uno y medio sobre un contrarrelojista puro, Michael Rogers, quien, sin embargo, se desmoronó a lo largo de los 60 kilómetros de contrarreloj rompepiernas. Los registros estratosféricos del ruso sacaron de punto hasta al propio Levy Leipheimer, el corredor más peligroso a prori para los intereses del propio ruso y de Di Luca. Menchov voló sobre el asfalto y destrozó los tiempos de todos los corredores en el paso por el Passo del Termine, donde se auguraba una auténtica exhibición en los últimos quince kilómetros de etapa. Pero el mal fue menor, pues el ruso levantó un poco el pie del acelerador, circunstancia que provocó el alivio de algunos, no todos. Entre ellos estaba un Leipheimer que resurgió de sus cenizas, se recompuso y logró acabar en meta con una pérdida de sólo veinte segundos respecto al corredor de Rabobank y flamante líder del Giro. A partir del norteamericano, todos los corredores perdieron más de un minuto, buena muestra de la impresionante etapa que se marcó Menchov. Di Luca fue sexto con un retraso de 1'54", Basso undécimo con 2'17", Sastre duodécimo perdiendo un segundo más que el italiano de Liquigas y Armstrong decimotercero dejándose 2'26".

La siguiente etapa se disputará entre Lido di Camaiore y Florencia, con un recorrido prácticamente y plano y de 176 kilómetros que hace frotarse las manos a los velocistas, pues se antoja una nueva 'volata'.

Clasificación de la etapa.

1 Denis Menchov /RAB 01:34:29
2 Levy Leipheimer /AST 20
3 Stefano Garzelli /AYS 01:03
4 Janez Brajkovic /AST 01:14
5 Franco Pellizotti /LIQ 01:27


Clasificación general provisional.

1 Denis Menchov RAB 50:27:17
2 Danilo Di Luca LPR 34
3 Levy Leipheimer AST 40
4 Franco Pellizotti LIQ 02:00
5 Carlos Sastre CTT 02:52

viernes, 22 de mayo de 2009

Periodo de inactividad

Señores lectores, como habrán podido comprobar, la actividad del blog ha permanecido casi nula en los últimos tiempos, debido principalmente a la gran cantidad de trabajo que sus miembros estamos recibiendo en esta última parte del curso lectivo. Les recordamos que la mayoría de nosotros somos todavía estudiantes, y que como tal, en este último tramo de clase debemos dar el do de pecho si queremos sacar todo adelante.

Rogamos disculpen las molestias, y no duden que de aquí a una semana, el itinerario de la página volverá a su funcionamiento normal, con un sinfín de artículos, opiniones y demases curiosidades que esperamos les hagan pasar un buen rato.

La dirección

martes, 19 de mayo de 2009

Di Luca se hace fuerte.

Como los grandes campeones está Danilo Di Luca forjando la conquista del Giro del 'Centenario'. Con una buena dosis de casta y valentía el italiano no está dudando en abrir hueco en su terreno, la montaña, previniendo cualquier inesperado contratiempo que puede acontecer en la contrarreloj. El líder de la 'Corsa Rosa' ha vuelto a dar una lección de clase a sus perseguidores en la larguísima etapa que transcurría entre Cuneo y Pinerolo a lo largo de 262 kilómetros. El día se antojaba como crucial y desde luego la acción no le faltó. Repasemos los más importante de ella.

La jornada, de perfil claramente montañoso, tuvo de todo menos tranquilidad. La fuga buena del día la compusieron muchísimos corredores, entre los que destacaban Giovanni Visconti, Vladimir Efimkin, David López, Francesco Gavazzi
o Addy Engels. No todo el mundo estaba contento y fue uno de los 'viejos rockeros', Stefano Garzelli, quien puso la acción alcanzando a los fugados y tirando de orgullo para dejarles atrás en una apoteósica ascensión al Moncenisio. La cuerda le duró a Garzelli también en Sestriere, la cima Coppi, pero por detrás ya se había lanzado la pelea entre gallos. La tempestad la desató un combativo Franco Pellizotti, durante la ascensión al Pramartino, de 2ª categoría, y poniendo contra las cuerdas a todos los favoritos. Entonces aparecieron los inconformistas, a quienes esa situación de carrera no les gustaba. Y esos eran tres. El líder, Danilo Di Luca, Denis Menchov y un magistral Carlos Sastre. El ímpetu con el que tiró Di Luca propició la capitulación de Pellizotti, y una vez más volvió a aprovechar su explosividad para marcharse en un repecho anterior a la línea de meta y así imponerse en solitario en Pinerolo y ampliar un poco más rentas respecto a sus perseguidores, que cruzaron la meta con diez segundos de retraso.

El próximo envite está reservado prácticamente seguro para velocistas, pues la jornada que se disputara mañana entre Turín y Arenzano, de 214 kilómetros, no muestra apenas dificultades orográficas.

Clasificación de la etapa.

1 Danilo Di Luca / LPR 06:30:43
2 Franco Pellizotti / LIQ 10"
3 Denis Menchov / RAB m.t.
4 Carlos Sastre / CTT m.t.
5 David Arroyo / CDE 26"

Clasificación general provisional.

1 Danilo Di Luca LPR 44:00:11
2 Denis Menchov RAB 01:20"
3 Michael Rogers THR 01:33"
4 Levy Leipheimer AST 01:40"
5 Franco Pellizotti LIQ 01:53"
6 Carlos Sastre CTT 01:54"
7 Ivan Basso LIQ 02:03"
8 Thomas Lökvist THR 02:12"
9 David Arroyo CDE 02:35"
10 Gilberto Simoni SDA 02:58"

jueves, 14 de mayo de 2009

Scarponi, sólo en extranjero.

Si no se puede ir a por la general, habrá que conformarse con las etapas. Ese es el lema que va a seguir Michele Scarponi en lo que queda de Giro, ya que los Dolomitas italianos se le han atragantado y ha perdido mucho crédito en cuanto a posibilidades reales de meterse en la lucha por la general final. El veterano corredor de Diquigiovanni enmendó su pobre actuación en las dos etapas anteriores con una gran escapada de cerca de doscientos kilómetros que culminó con final feliz en la meta de Mayrhofen, localidad austriaca. La maratoniana jornada, de 248 kilómetros, con salida en Bresanonne, se prestaba para una fuga larga. Y el desarrollo de la etapa no se salió del guión.


Tuvieron que transcurrir 50 kilómetros para que naciese la fuga del día, compuesta por Michele Scarponi (Diquigiovanni), Vasily Kiryienka (Caisse d´Epargne), Guillame Bonnafond (AG2R La Móndiale), Oscar Gatto (ISD) y Kasper Klostergaard (Saxo Bank). En todo momento los que tiraron del carro fueron Scarponi y Kiryienka, y en el puerto de Hochkrimmi ya se marcharon ambos en dúo dejando atrás a sus tres compañeros de fuga que demostraron estar a bastante menos nivel que ambos. Los dos escapados mantuvieron un bonito pulso con el pelotón hasta final del que, paradójicamente, salieron victoriosos los menos numerosos. La casta y el coraje de ambos pudo más que la coordinación del grupo. El bielorruso tuvo que pelear, además de con el grupo y con Scarponi, con la mala suerte. Primero un pinchazo y después unos calambres le apartaron de pelearle el triunfo a un magistral Scarponi que completó una ascensión final espectacular a Mayrhofen con la que culminó una magistral escapada.

Entre los favoritos, apenas hubo diferencias reseñables en meta, a excepción de un nuevo fracaso de Lance Armstrong, que volvió a ceder en la parte final de la subida evidenciando de nuevo sus condiciones físicas. La próxima etapa se disputará entre la localidad austriaca de Innsbruck y la carrera regresará a Italia con la llegada en Chiavenna, con 244 kilómetros de un recorrido que puede permitir una llegada masiva.


Clasificación de la etapa

1 Michele Scarponi / SDA 05:49:55
2 Edvald Boasson Hagen / THR 32
3 Allan Davis / QST m.t.
4 Filippo Pozzato / KTS m.t.
5 Matthew Goss / SAX m.t.

Clasificación general provisional

1 Danilo Di Luca / LPR 22:11:15
2 Thomas Lökvist / THR 05
3 Michael Rogers / THR 36
4 Levy Leipheimer / AST 43
5 Denis Menchov / RAB 50

miércoles, 13 de mayo de 2009

Menchov, en las narices de Di Luca.

La mentalidad de Denis Menchov respecto al Giro de Italia de 2008 ha cambiado. El Centenario le ha sentado bien al ruso, que por fin ha pasado a ser un corredor ofensivo y no a limitarse a aguantar la rueda de los verdaderos ganadores. Además, como demostró ayer en Alpe di Siusi, es un corredor que puede ganar etapas por delante de gente tan rápida como Danilo Di Luca. Menchov dio una lección de fortaleza en la llegada de la etapa ante uno de los favoritos y ganador de la etapa anterior, Di Luca, al que superó con una gran superioridad en los metros finales.

La jornada cumplió con el protocolo y contó con la habitual fuga, compuesta en esta ocasión por Thomas Voeckler, Eros Capecchi, José Serpa, Giovianni Visconti, Gavazzi, Pietropolli y Ochoa. Parecía esta vez que esta iba a ser la primera fuga buena de la 'Corsa Rosa' de este año, pero Alpe di siusi fue una auténtica guillotina para los escapados. La escpaada fue neutralizada en la parte más dura de la ascensión, y entonces tomó el mando Liquigas. El ritmo que impusieron los lugartenientes de Basso fue durísmo, forzando a Armstrong a la rendición cuando aún restaban más de cinco kilómetros para la conclusión. Poco después hizo lo mismo Damiano Cunego. El goteo fue continuo hasta que quedaron sólo los mejores, entre los que permanecía un Carlos Sastre que incluso se atrevió a probar suerte con un tímido ataque.

Pero una Di Luca hacía acto de presencia con su gran explosividad y volvía a parecer que el corredor de LPR se volvería a imponer con el habitual cambio de ritmo en los metros finales. Efectivamente, Di Luca no faltó a la cita, pero esta vez se coló un invitado sorpresa. Denis Menchov completó un 'sprint' final magnífico y superó a Di Luca en meta. Eso sí, el consuelo para 'Il Capo' llegó en forma de 'maglia rosa' pese a los esfuerzos por mantenerlo de un gran Lökvist, que fue inútilmente tercero.

Mañana se disputa una etapa maratoniana de 248 kilómetros entre Bressanone y Brixen Mayrhofen, la cual constituye la última de las tres etapas dolomíticas.

Clasificación de la etapa.

1. Denis Menchov (RUS/RABOBANK) 3:15.24.
2. Danilo Di Luca (ITA/TEAM LPR) 2.
3. Thomas Lökvist (SUE/COLUMBIA-HIGH ROAD) 5.
4. Ivan Basso (ITA/LIQUIGAS) m.t.
5. Levy Leipheimer (USA/ASTANA) 9.
6. Chris Horner (USA/ASTANA) m.t
7. Carlos Sastre (ESP/CERVÉLO) 19.
8. David Arroyo (ESP/CAISSE D'ÉPARGNE) 22.
9. Michael Rogers (AUS/COLUMBIA-HIGH ROAD) m.t.
10. Fredrik Kessiakoff (SUE/FUJI SERVETTO) m.t.

Clasificación general provisional.

1. Danilo Di Luca (ITA/TEAM LPR) 16:20.44.
2. Thomas Lovkvist (SUE/COLUMBIA-HIGH ROAD) 5.
3. Michael Rogers (AUS/COLUMBIA-HIGH ROAD) 36.
4. Levy Leipheimer (USA/ASTANA) 43.
5. Denis Menchov (RUS/RABOBANK) 50.
6. Ivan Basso (ITA/LIQUIGAS) 1:06.
7. Carlos Sastre (ESP/CERVÉLO) 1:16.
8. Chris Horner (USA/ASTANA) 1:17.
9. Franco Pellizotti (ITA/LIQUIGAS) 1:27.
10. David Arroyo (ESP/CAISSE D'ÉPARGNE) 1:41.

martes, 12 de mayo de 2009

Di Luca abre la veda.

Ya lo decían los entendidos. En la edición del Centenario del Giro de Italia la organización había apostado por la espectacularidad y le había otorgado todo el peso y mayor número de etapas a la montaña o, en su defecto, media montaña. Buena muestra de ello es que tan sólo han hecho falta dos llegadas masivas para poder ver a la jornada siguiente el primer contacto con la montaña, cuando normalmente en las carreras de tres semanas suelen ser necesarias, cuanto menos, cinco etapas. Pero al fin y al cabo, mejor para el espectáculo, que es lo que afecta al espectador. La etapa de 162 kilómetros disputada entre Padova y San Martino di Castrozza ha permitido ver al primer ganador de etapa que puede acabar arriba en Milán. Y ese ganador no ha sido otro que 'Il Capo', Danilo Di Luca, ganador de la 'Corsa Rosa' en 2007 y que, tras diversos pleitos con la justicia italiana, de los cuales ninguno se saldó con sanción, ha regresado al primer plano del ciclismo mundial con el Giro del Centenario entre ceja y ceja. Pues bien, parece que Di Luca va por el buen camino.

La etapa tuvo su habitual animación con la fuga de turno, pero ésta cobró aún más interés si cabe por la presencia de uno de los grandes 'viejos rockeros' del pelotón mundial. Sí, estamos hablando de Jens Voigt. El grandísimo corredor teutón puso, una vez más, toda la carne en el asador, y destrozó por el camino a todos y cada uno de sus compañeros de fuga. Desgraciadamente, el alemán expiró ya casi en el objetivo, cuando sólo quedaban dos kilómetros para el final de la etapa fruto, en gran medida, del empuje del combativo Soler. El colombiano estuvo a punto de llevarse el gato al agua, pues con sus demarrajes logró distanciarse del pelotón en los últimos metros de la ascensión final y conseguir una ventaja que parecía suficiente para llevarse el triunfo. Pero la potencia de Di Luca le superó y con un explosivo 'sprint' le rebasó para alzarse con el triunfo en meta, por delante de Stefano Garzelli y Franco Pellizotti. La victoria de etapa, no obstante, no fue suficiente para que Di Luca pasase a comandar la clasificación general, que pasó a liderar el sueco Thomas Lökvist.

La segunda jornada montañosa de la carrea tendrá lugar mañana entre las localidades de San Martino di Castrozza y Alpe di Siusi, con un recorrido de 125 kilómetros.

Clasificación de la etapa.

1 Danilo Di Luca (ITA) LPR 04:15:04
2 Stefano Garzelli (ITA) AYS m.t.
3 Franco Pellizotti (ITA)LIQ m.t.
4 Mauricio Soler (COL) BAR m.t.
5 Gilberto Simoni (ITA) SDA m.t.
16 Carlos Sastre (ESP) CTT
32 Lance Armstrong (USA) AST 00:15

Clasificación general provisional.

1 Thomas Lövkvist (SWE) THR 13:05:28
2 Danilo Di Luca (ITA) LPR 00:02
3 Michael Rogers (AUT) THR 00:06
6 Lance Armstrong (USA) AST 00:28
10 Carlos Sastre (ESP) CTT 00:49

domingo, 10 de mayo de 2009

'Ale Jet' vuelve.

Dicen que en esta vida siempre hay una segunda oportunidad. Más vale tarde que nunca, pues esa segunda oportunidad le ha llegado a Alessandro Petacchi cuando ya tiene encima treinta y cinco primaveras. 'Ale Jet', considerado el heredero de 'Il Bello', Mario Cipollini, ha vuelto tras varias temporadas condenado al ostracismo. En la penumbra ha vivido estos años Alessandro Petacchi, el líder del ya extinguido Fassa Bortolo, y que ahora, de la mano de LPR, tras sufrir diversas lesiones, entre ellas una gravísima en la rodilla, y cumplir sanción por dopaje, ha vuelto a involucrarse en las llegadas masivas, aquellas que en su tiempo le encumbraron como el mejor velocista del planeta.

Esta vez, y ya nunca será así, Alessandro no contó con el apoyo de su inseparable 'treno', con Marco Velo, Fabio Sacchi y Alberto Ongarato como puntas de lanza, pero demostró que, pese a su edad, y, sobre todo, al poco apoyo que encontró por parte de LPR, sabe buscarse la vida en el caos que se organiza en las 'volatas', y no depende de la colocación que le proporcionen sus compañeros. El velocista de La Spezia impuso su veteranía y clase a la potencia y descaro del líder de la 'Corsa Rosa' Mark Cavendish en Trieste, y sumó su vigésima victoria de etapa en el Giro de Italia, una marca al alcance de pocos.

Mañana la carrera llega a Valdobbiadene en una etapa de 198 kilómetros que empieza en Grado, y en la que Cavendish tratará de mantener el liderato que consiguió el primer día.

Clasificación de la etapa

1 Alessandro Petacchi (LPR) 03:43:07
2 Mark Cavendish (THR) m.t.
3 Ben Swift (KTS) m.t.
4 Allan Davis (QST) m.t.
5 Tyler Farrar (GAR) m.t.

sábado, 9 de mayo de 2009

¿En serio lo creían?


Hace tan solo una semana, en todos los lugares de nuestro país se hablaba únicamente de un evento. De algo que sucedería aquel fin de semana. De un acontecimiento deportivo que podría hacer pasar a un equipo desahuciado del infierno a la gloria a costa del mejor equipo de los últimos años. De canguelos, madriditis o cagómetros por parte de los medios periodísticos con el objetivo (que al final resultó nefasto) de poner nerviosa a la mala bestia. Sí, han acertado. No se hablaba de otra cosa que del Madrid - Barça. El Clásico era monotema. La prometedora trayectoria del Real Madrid en Liga, que justo contra los de Guardiola cumplían una vuelta entera sin perder, con 18 victorias avalándoles y un solo empate ante el Atlético de Madrid, venciendo sin apenas fulgor pese a mostrar una racanería impropia de en teoría el mejor equipo de la historia de la Liga y una situación deportiva de lo más escarpada, hacía presagiar a los aficionados merengues que la victoria contra el Barça sería posible. Para ello, argumentaban que ya que en igualdad de condiciones sería impensable ganarles, el importante compromiso que tendrían los de Can Barça entre semana ante el Chelsea en la vuelta de semifinales de la Champions mantendría ocupados sus pensamientos, y que eso, unido al cansancio motivado por su exhausta temporada, con una media de dos encuentros por semana, al factor campo que les proporcionaría el Bernabeu, y al apoyo incondicional de la prensa sensacionalista y de todo el mundo merengue, decantaría la balanza en favor del madridismo.




Sin embargo, ante todo este jolgorio de hipótesis, el mundo de Concha Espina olvidaba varias cosas. En primer lugar, que el Barça no es ningún Osasuna, ni ningún Getafe, ni ningún Sporting, al que se le gana sin apenas despeinarse y únicamente mostrándose efectivos de cara a puerta. Para ganarles, hay que jugar bien, tirar de garra y pundonor, y no meramente encomendarse a Casillas y a Higuaín y que sea lo que Dios quiera. Por otro lado, los de Juande omitieron varios detalles bastante importantes, como por ejemplo, que el ritmo del Barça es absolutamente mortal, y que solo puede ser frenado con mano dura y asfixia en todos los lados. Pero una vez más, todo el merenguismo pecó de prepotente. De subestimar a su rival. De considerarle otro equipucho de poca monta, otro de aquellos a los que desmontaban con un juego aburrido e importunado. Porque para poder hacer eso, hay que tener el aliciente de superioridad en algo. Y en este caso, dicho aliciente no existía. Porque en defensa, sin Pepe, el Madrid estaba totalmente descolgado. Porque Xavi, Iniesta o Busquets desencajonan sin agotarse un ápice a los Guti o Gago. Porque, por mucho que Lass se esfuerce, la conexión Keita - Touré Yayá es mortalmente sofocante. Porque el pundonor, la viveza o la fuerza de Alves son muy superiores a las ganas (y mira que le pone) de Ramos. Porque Eto'o y Henry no perdonan, y porque Messi es un puñal que se clava por cada costado con total desenfreno, como si tal cosa. Porque el 'Santo', también llamado Casillas, no es suficiente para tapar las desavenencias de un equipo que juega al despiste y a la contra. Por tanto, como ya digo, su mayor error fue el de infravalorar a un equipo que causa estragos allá donde pisa.




Y este deporte es muy tosco en ese aspecto. Los de Juande creían en la victoria. Quizá por ello el golpe fue mayor. Por esa fe tan característica suya que les hacía presagiar sin jugar bien poder cambiar el color de una Liga desde el primer momento teñida de azul y rojo. Y dicho sentimiento se hizo más tenaz con el tanto que abría la lata, a cargo de la testa de Higuaín, a los 10' de partido. El Bernabéu era una olla deseosa de estallar. Una olla que solo ochenta minutos más tarde se convirtió en el más obsoleto de los cementerios. Paranoias del fútbol. El tanto del argentino despertó a un Barça que apisonó a su rival y que no dio opción ninguna. La diferencia de calidad era más que notable. Los de Guardiola trataban al Madrid como si de un juguete se tratase. Y no era para menos. El 2-6 final, y el estadio merengue casi despejado demostraban la disimilitud entre ambos conjuntos que la tabla no había sabido dejar ver. Ante todo ello, me veo obligado a preguntarles, madridistas: ¿de verdad pensaban poder ganar al Barça?

Columbia le da a Cavendish el primer 'rosa'.

El Giro de Italia ha celebrado hoy su 100 cumpleaños con la salida de esta nueva edición. El honor de llevar la primera 'maglia rosa' de la carrera ha sido para un corredor que ha buen seguro va a logra muchos triunfos en esta ya centenaria ronda. Mark Cavendish se visitó ayer de rosa merced a la victoria de su equipo, el Columbia, en la contrarreloj por equipos que constituía la primera etapa de la ronda transalpina, de 20, 5 kilómetros en torno a Venecia. Inmejorable lugar para dar comienzo a esta maravillosa carrera. La eterna ciudad de los canales acogía la salida de la edición más especial en la historia del Giro de Italia. Este año, la 'Corsa Rosa' cumple cien años, el aniversario más especial de su ya dilatada historia.

La primera tentativa fue la buena. El Columbia-High road fue el primer equipo en tomar la salida en la contrarreloj y su tiempo fue el bueno. Nadie fue capaz de rebajar el registro de Columbia, que partía con una escuadra plagada de especialistas en la disciplina de contrarreloj, en la que estaban, entre otros, Boassen Hagen o Marco Pinotti, además del tricampeón mundial de la disciplina, Michael Rogers. El tiempo de 21:50 que registraron los alemanes, que entraron en meta comandados por su hombre fuerte en las 'volatas', Mark Cavendish, y quien, por tanto, comanda la general, no pudo ser superado por ninguna otra escuadra, y solo Garmin logró bajar de los veintidós minutos además del equipo teutón.

Por otro lado, en tercera posición acabó el Astaná de Lance Armstrong, quien comandó a su equipo en meta, colocándose en decimoquinto lugar en la general y a trece segundos del líder. Mañana la carrera vivirá su segunda etapa, de 156 kilómetros entre Jesolo y Trieste, de perfil claramente propicio para asistir a la primera llegada masiva de la prometedora centésima edición de la 'Corsa Rosa'.

jueves, 7 de mayo de 2009

¿Tierra batida? Dejémosla para el español.

Pocos son los rivales que siquiera consiguen mirar a la cara a Rafael Nadal durante un encuentro. Su superioridad es, en la mayoría de los casos, tan aplastante e intimidatoria que no da apenas derecho al contrincante a ganar un mísero juego. Quizá estas frases suenen un poco prepotentes y favoritistas, pero es que, a día de hoy, si nos ceñimos al juego del manacorí y el resto de tenistas del circuito profesional, Nadal es superior a cualquiera sobre polvo de ladrillo. Tampoco me baso únicamente en el juego para afirmar esto, sino en los números. Sus recientes triunfos en tierra, donde ha sumado su quinta corona consecutiva en Montecarlo y Barcelona y la cuarta en cinco años en Roma, lo confirman. Por si esto no fuera poco, en próximas fechas tiene la oportunidad de superar al legendario Bjorn Börg en Roland Garros donde, de ganar, sumaría cinco triunfos consecutivos. Hay muchos más datos que corroboren que estamos ante un grande en la historia del tenis, pero cabe destacar, por último, que es el jugador que más partidos ha sumado con victorias ininterrumpidas sobre tierra batida, acumulando un total de 81, y superando en casi treinta el anterior registro, firmado por Guillermo Vilas (53 victorias consecutivas en tierra batida).

Como viene siendo habitual en los últimos cuatro años, el ciclo de tierra batida para Rafael Nadal daba comienzo en el Master 1000 de Montecarlo, lugar al que regresaba un año después tras haberse coronado por cuarto año consecutivo superando así el registro establecido por el mítico Nastase a principios de los años 70 con tres victorias consecutivas. Y otra vez, fue un paseo. Quizá esta vez en la final tuvo un oponente que ofreció más resistencia que Roger Federer en las dos finales previas (2008 y 2007), pero ni por esas cedió su trono en el Principado, donde ya acumula cinco entorchados encadenados desde que empezase por 2005 doblegando a Guillermo Coria. Tampoco le tosió en semifinales un Andy Murray que, pese a su notable mejoría sobre el polvo de ladrillo, se encuentra aún a años luz del manacorí en esta superficie. Así pues, se presentó en el envite final del torneo casi aún por estrenar. Allí le esperaba un Novak Djokovic que se está consolidando como el principal rival del balear de cara al triunfo en Roland Garros. El tenista serbio logró arañarle una manga al balear, hecho casi histórico teniendo en cuenta que no perdía uno desde la final de 2006, ante Roger Federer. No obstante, el dato de ese set perdido para el español es una simple anécdota, pues nuevamente supo reaccionar y finiquitar con solvencia su quinta final en Montecarlo. Djokovic, resigando, tuvo que conformase con el subcampeonato, algo con lo que, si la cosa no cambia, van a tener que convivir el resto de jugadores tratándose de este torneo.
La siguiente parada de su viaje por la tierra batida era prácticamente en casa. Al menos, en su casa tenística. En su Club de Tenis. sin apenas tiempo para disfrutar del éxito cosechado en Montecarlo, Nadal comparecía en Barcelona dispuesto a revalidar su título en el Conde de Godó. De nuevo, no volvió a faltar a su cita, y se proclamó campeón por quinto año consecutivo en la Ciudad Condal. Esta vez, si cabe, lo hizo aún con menos trabajo. El manacorí pasó directamente de octavos de final a semifinales. Nadal no hizo la parada correspondiente en cuartos de final, pues su rival abandonó el torneo antes del encuentro. Ese rival no era otro que David Nalbandián, de modo que el balear se ahorró un verdadero hueso, ya que, probablemente, de haberle superado, habría sido el compromiso del número uno mundial. Pero ante el contratiempo, Nadal gozó de un día de descanso que después agradecería en unas semifinales y una final, ante Nikolay Davydenko y David Ferrer respectivamente, en las que se mostró mucho más fresco y descansado que sus oponentes. Ferrer ya avisó el día anterior al partido que debía estar muy fino para derrotar a Nadal. Lógicamente, esas declaraciones no son extrañas ni aventuradas, pero se podía interpretar ya como una cura en salud previa al partido, como premonición de lo que podía pasar. Así fue. Pese a que Nadal tuvo un momento de dudas al comienzo de la segunda manga, cuando el tenista de Jávea pasó por su mejor momento, el encuentro se decantó claramente del lado del manacorí. La historia se repetía otra vez, y una semana después del triunfo en Montecarlo, se alzaba con la victoria en el Conde de Godó, también firmando su quinto triunfo consecutivo en tierras catalanas.

La tercera escala del viaje era Roma, donde el año pasado Nadal vio, lamentablemente, truncada su racha de tres triunfos seguidos, manteniéndose hasta entonces a la par con Montecarlo y Barcelona. El balear, aquejado de ampollas en los pies, fue eliminado a las primeras de cambio por Juan Carlos Ferrerro. Este año venía con la idea de recuperar el cetro en el Foro Itálico. Desde luego, Nadal no se puede quejar, en lo que llevamos de temporada, de que los planes le estén dando la espalda. Como en años anteriores, el número uno mundial recuperó su mejor juego en tierras transalpinas y volvió a arrasar en el camino hacia la final. Por delante se llevó a Fernando Verdasco, en cuartos de final, en un duro enfrentamiento, y en semifinales a Fernando González, su víctima en la final de los Juegos Olímpicos de Pekín, al que derrotó sin excesivos problemas y se volvió a colar en la final, y, de nuevo, ante Novak Djokovic. Y, para no desentonar con la tónica de las últimas tres semanas, volvió a ganar. Dos mangas fueron suficientes para que el mejor tenista del mundo volviese a ganar una final sobre tierra batida, superficie sobre la que ya está dejando de ser un ser terrenal.
Durante la disputa de Roland Garros, Rafael Nadal celebrará su vigesimotercer cumpleaños. No parece tener límites teniendo en cuenta este dato (juventud), y el extenso palmarés con el que cuenta (sin ir más lejos, con tan solo veintidós años ha superado a Roger Federer en Masters 1000-15 para el balear por 14 del suizo, que además cada vez tiene menos pinta de renacer-), y, sobre todo, su superioridad. El éxito de Nadal radica en su aplastante y abrumadora superioridad en tierra, donde, pese a que él, en una conducta inteligente y acertada, lo niegue, es el mejor con mucha diferencia, y en sus cualidades en el resto de superficies, donde es capaz de aguantar o incluso superar el nivel de, entre otros, Andy Murray y Novak Djokovic, mientras que éstos, sobre todo el británico, no pueden, hoy por hoy, hacer sombra al mallorquín en su territorio, el polvo de ladrillo. Rafa, no nos hagas bajar de la nube.



Rossi, Aoyama y Smith, protagonistas en la fiesta de Jerez


Un año más, el espectacular circuito de Jerez se llenó en una de las mayores fiestas de motociclismo del mundo. Miles de aficionados, muchos de ellos moteros, se reunieron de viernes a domingo para presenciar en directo la actuación de sus ídolos. El verdadero GP de España les acogió, como siempre, calurosamente, con espectáculos cuando los protagonistas descansaban y mucha, mucha diversión por los alrededores del circuito con los simpáticos jerezanos como líderes del tumulto. Allí no había lugar para el aburrimiento. Motor y 'cachondeo' son las principales razones por las que cientos de motoclubs esperan con ansiedad la impresionante cita año tras año. Lo mejor, obviamente, llegó el domingo. Las gradas, completamente llenas, auguraban grandes cosas para los pilotos españoles, que habían logrado la 'pole' en las tres categorías. Simón, Debón y Lorenzo fueron los protagonistas el sábado pero, paradójicamente, el domingo pasaron a villanos, o, mejor dicho, defraudaron. Los tres, favoritos para llevarse el triunfo final, acabaron besando el suelo en la carrera, terminando todos ellos su paso por Jerez en los boxes.


Todo lo contrario les sucedió a los grandes protagonistas del fin de semana, en especial a Valentino Rossi. El italiano, que se presentaba a la calificación tras un viernes perfecto en el que dominó todas las sesiones de entrenamientos libres, fue desagradablemente sorprendido por su compañero de equipo, Jorge Lorenzo, que le metió nada más y nada menos que siete décimas para conseguir su primera pole de la temporada. Le siguió Pedrosa, también a años luz del ocho veces campeón del mundo, que ni siquiera logró meterse en la primera fila de la parrilla, teniéndose que conformar con un decepcionante cuarto puesto. Sin embargo, los domingos, en la carrera, es donde se distinguen los grandes pilotos de los simplemente buenos. Y ahí el de Tavullia nunca defrauda. Tras superar con nota el primer 'test' de la batalla, la salida (quizás el único lunar de un piloto extraordinario), Valentino se deshizo de Stoner y apretó en busca de la primera posición, en manos de un Pedrosa que ya había vencido el pasado año en el trazado andaluz y estaba con ganas de lograr la primera victoria de la temporada. Para su desgracia, Il Dottore también andaba sediento de triunfos, y en esas circunstancias es imparable. Paciente, constante y sin perder la calma fue recortando poco a poco la distancia con el español, que, una vez alcanzado, no pudo hacer otra cosa más que ver cómo el genio de Tavullia le quitaba las pegatinas a su HRC a las primeras de cambio. Ya en primera posición, Valentino solo tuvo que abrir un pequeño hueco con el español para asegurar la victoria. La 98ª de su trayectoria deportiva. Un mito que será recordado por siempre en los corazones de los amantes del motociclismo.
Por detrás, a Pedrosa le bastó la ventaja lograda en las primeras vueltas para terminar tranquilo, mientras que Casey Stoner sufrió algo más de la cuenta en un último intento de Jore Lorenzo por sacar algo positivo de un domingo aciago. Desgraciadamente, el balear acabó en el suelo, otorgándole a De Puniet la cuarta plaza, merecida por su gran fin de semana. Quinto fue Melandri, que parece recuperarse de su horrible temporada en Ducati con la Kawasaki de Hayate. El que decepcionó otra vez fue Dovizioso, que sólo pudo ser octavo y va cediendo poco a poco el puesto de primer piloto de Honda a Pedrosa (si es que no lo era ya).

Así, Rossi recupera el liderato del Mundial, con 11 puntos de ventaja sobre Stoner y 24 sobre Pedrosa y Lorenzo.


Cambiando de categoría, la de 250 cc fue una carrera mucho más disputada y emocionante que la de la categoría reina, pues hay muchos pilotos parejos que seguro lucharán por llevarse el campeonato allá por el mes de noviembre. Esta vez, tras las victorias de Barberá y Bautista, le tocó el turno a Hiroshi Aoyama, que consigue así el liderato del mundial. Las posiciones de partida se mantuvieron en la pimera curva,con Debón liderando el grupo y Barberá, Simoncelli y Bautista a continuación. Todos presagiábamos una gran carrera para el hombre de la 'pole', pero éste tardó muy poco en irse atrás. Apenas había transcurrido una vuelta cuando el campeón del mundo, Marco Simoncelli, se puso al frente del grupo y tiró para disgregar el pelotón en un único grupo de cuatro que lucharía por la carrera. Debón se quedó atrás, y fueron el italiano, Bautista, Aoyama y Barberá los que se mantuvieron en cabeza de ahí hasta el final. Simoncelli y Bautista se turnaban la primera plaza, pues ninguno lograba escaparse, y Barberá cerraba casi siempre el grupo, tanto que acabó descolgándose a pocas vueltas del final. La victoria se convertía así en una batalla a tres bandas: Simoncelli, Bautista y Aoyama. Sin embargo, a poco menos de tres vueltas para la conclusión, un error del primero dejó un apasionante duelo por el triunfo entre español y japonés. Por detrás, Barberá, aprovechándose del fallo del italiano, se había puesto tercero, retomando un lugar importante en la lucha por el podio. Bautista lideró hasta que, en la última vuelta, Hiroshi decidió jugársela y le rebasó. Sólo quedaba una opción, y era en la curv de entrada a meta. El talaverano lo intentó, pero salió cruz y se quedó a las puertas del triunfo ante su afición. Simoncelli terminó tercero gracias a una maniobra 'marca de la casa' en la última curva que obligó a Barberá a frenar para no acabar en el suelo. O al menos asílo denució el valenciano a la conclusión de la carrera, pues en televisión no pudimos observar las imágenes de la ya clásica batalla entre los dos colosos.

Así pues, con la victoria y los 25 puntos, Aoyama, como ya he mencionado antes, se afianza en el liderato del Mundial (58 puntos) con cuatro puntos de ventaja sobre Bautista y quince sobre Barberá, que le siguien en el podio. Destacar también que Marco Simoncelli, que no puntuó en las dos primeras carreras (por lesión y caída, respectivamente), escala hasta la décima posición con 16 puntos.


Por último, la carrera del octavo de litro, apasionante como siempre. Smith ganó con más de diez segundos de ventaja sobre el siguiente (y llegó a tener veinte) pero por detrás hubo una encarnizada lucha por el podio entre más de cinco chavales que no llegan ni a los 18 añitos pero que se dejan la piel carrera tras carrera haciendo sufrir a sus pobres madres, que seguro temen en cada carrera por la integridad física de sus hijos. Éstos, sin embargo, las corresponden a base de podios y victorias, como en el caso de Marc Márquez. El jovencísimo piloto español, que ya está en la sexta posición del mundial, logró el segundo podio de su carrera tras una preciosa batalla con Gadea, Espargaró, Vázquez, Cortese, Redding y el debutante Folger (carrerón del alemán, que salía 35º y llegó a estar 2º), que acabó en el suelo en la última vuelta arrastrando a su vez a Pol Espargaró y quitándole toda opción a podio (acabó séptimo).
Finalmente Smith fue primero, con un gran Gadea segundo y Márquez completando el podio. Cabe destacar también las caídas de Andrea Iannone, vencedor en las dos primeras citas, que finalizó la carrera pero no pudo arañar ningún punto y Julián Simón, que acusó su mala salida y, en un intento de alcanzar la cabeza, fue escupido por su Aprilia. A pesar de esto, el italiano sigue primero, aunque a un sólo punto del vencedor, Smith, mientras que 'Julito' baja hasta la cuarta plaza. Tercero se coloca Espargaró.




Pues esto ha sido todo lo que ha deparado el Gran Premio de Jerez. Esperemos que haya sido de su agrado y que no se pierdan la próxima cita, el 17 de mayo en el circuito francés de Le Mans.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Guardiola, el jefe del nuevo 'Dream Team'


Allá por el mes de julio llegó a Can Barça un tal Pep Guardiola, que se encontraba con un equipo roto, destrozado anímicamente y sin varios de los grandes referentes en los últimos años. La marcha de los Ronaldinho, Deco y Rikjaard suponía un cambio de ciclo difícil de digerir para los aficionados que tendría como buque insignia a Leo Messi y como jefe de operaciones al antes nombrado Guardiola. Sí, muchos se sorprendieron. El sobresaliente mediocentro catalán, que apenas había ejercido de entrenador en el segundo equipo azulgrana, era el elegido para hacer retomar el vuelo a una nave que llevaba dos años en blanco, a la deriva.

Ahora, poco más de 8 meses después, el equipo azulgrana se ha convertido en el mejor equipo del Viejo Continente, es admirado en todo el firmamento futbolístico y va en camino de un histórico triplete, que sería el primero en la historia de la entidad catalana. Sus 100 goles en 34 partidos de liga lo dicen todo, y son los máximos favoritos para llevarse la Copa del Rey (final frente al Bilbao) y la Champions. Ésta última, la preciada 'Orejona', se prevee como el trofeo más difícil, pues tendrá que sobreponerse al claro dominio inglés de los últimos años, primero frente al Chelsea y más tarde contra Manchester o Arsenal.
El mérito de todos estos logros, obviamente, no es únicamente de Guardiola, pero el honorable Pep tiene, sin duda, mucho, mucho que ver. El cambio de filosofía que ha supuesto la llegada del catalán ha sido muy importante en el desarrollo de un equipo en el que las grandes estrellas trabajan como obreros para que el conjunto salga beneficiado. Para ello ha tenido que dejar atrás a jugadores como Ronaldinho y Deco pero, por lo que se ve, ha merecido la pena.

El vestuario se ha convertido en una piña. Todos ganan y todos pierden. Si uno falla, los demás le defienden. Nadie critica a nadie, todos son uno. Un claro ejemplo es la desagradable situación que vivió Eto'o a principios del verano pasado. Guardiola le descartó, dándole prácticamente la carta de libertad para buscarse un equipo. Sus compañeros, sin embargo, y contra la opinión del mandamás azulgrana, comenzaron a elogiarle en cada rueda de prensa. Sí sí, lo que oyen. Todos y cada uno de sus compañeros. Ante esto y la gran pretemporada del camerunés, Pep acabó cediendo y, como por todos es sabido, acertó. Samuel está realizando los mejores números de su carrera, goza de la total confianza de técnino y va camino de proclamarse 'Pichichi' de la Liga Española y Bota de Oro continental (27 goles en 31 partidos son su aval).

El juego de este espectacular Barça, comparado ya numerosas veces con el mítico 'Dream Team' del 92, se basa especialmente en el claro dominio en la medular. Presión, toque y paciencia son las pautas que señala Pep partido tras partido, y sus 'alumnos' las ejecutan a la perfección. Con Toure Yayá y Keita como perros de presa asfixiando a los creadores rivales e Iniesta y Xavi imaginando y surtiendo de pases a los delanteros, el técnico azulgrana ha creado un auténtico fortín en el lugar donde se sustenta la base de cualquier equipo ganador, con permiso de la delantera, demoledora también en el caso del Barça. Messi, Henry y Eto'o, tres estrellas mundiales al servicio de una sola entidad. 71 goles en 30 partidos de Liga (2'3 de media por encuentro) jugando juntos lo dicen todo de un tridente sin duda alguna mágico. La defensa tampoco tiene nada que envidiar a la de los otros grandes equipos europeos. Puyol y el repescado Piqué como jefes, Moto GP Alves por la derecha y Silvinho o Abidal en el otro costado forman un cuarteto de altos vuelos que tendrá mucha culpa si finalmente Víctor Valdés logra el Zamora de la Liga. Po último, he de hablar del único lunar de un equipo extraordinario, el guardameta. El prometedor Víctor, salido de la inagotable cantera de la Masía, va a completar su séptimo año en la primera plantilla azulgrana, los cinco últimos como titular indiscutible. Rápidamente técnicos, directivos y aficionados depositaron muchas esperanzas en el joven catalán, pues el difícil puesto de cancerbero parecía haberse convertido en maldito tras la marcha del gran Hesp. Dutruel, Enke, Rustu y Bonano entre otros pasaron por Can Barça con más pena que gloria, y todo el mundo esperaba que un portero de categoría volviera a defender el marco catalán. Tras unas primeras temporadas bastante aceptables, con pequeños fallos que, según decían, se irían puliendo con edad y experiencia, llegó la época Rikjaard. La época dorada de los azulgrana en este sigo XXI. Los Ronaldinho, Deco, Giuly, Eto'o, Larsson... llegaron a Barcelona con el objetivo de devolver a la institución a la cima, tanto en España como en Europa. Así, se consiguieron dos Ligas y una Copa de Europa, pero llegó el bajón de Valdés. Algo parecido es lo que está ocurriendo ahora. El 'Dream Team' azulgrana gana, convence, maravilla, pero se sigue necesitando algo de seguridad en la portería. El catalán combina grandes paradas con estrepitosos fallos, justo el perfil contrario que exigen los grandes equipos europeos. Guardametas como Reina, Van der Sar, Julio César, Buffon (no cito a Casillas porque no encaja en este perfil: no es seguro en el juego aéreo pero es muy espectacular y salva balones que ningún otro portero del mundo salva) ... ejemplifican este hecho. Porteros poco espectaculares (exceptuando al coloso italiano) pero que dan seguridad a sus defensas en todos los campos: bajo palos, en balones aéreos, jugadas a balón parado, etc.

El último partido frente al Madrid muestra claramente el patrón de juego del Barça. Toque, toque y más toque cuando tienen el balón en los pies, dinamita en la delantera, agresividad y tensión cuando éste está en las botas del rival y desconcierto defensivo a balón parado y en el juego aéreo. El Madrid disparó tres veces a puerta, y dos acabaron en gol, mientras que los culés lo hicieron en 14 ocasiones, con 'sólo' seis tantos. Es la diferencia entre tener al mejor guardameta del mundo y a uno del montón. Por eso, aconsejo (ojalá me escucharan) a los directivos culés que se dejen de tanto Ribèry y Benzema, porque lo único que les falta para ser un equipo invencible es la portería.

martes, 5 de mayo de 2009

La Champions al rojo vivo

Las únicas dos plazas de Champions que quedan accesibles y los cuatro equipos aspirantes, hacen de esta lucha por Europa algo realmente interesante.

Sevilla y Valencia son los equipos que ahora gozan de esa tercera y cuarta plaza respectivamente, pero equipos como el Villarreal y el Atlético se mantienen al acecho, de estos dos el primero sea el que posiblemente lo tenga más díficil por el complicado calendario que le espera, y por tanto el Atlético sería teóricamente el que más fácil situación tiene, digo teoricamente, porque este equipo es capaz de cualquier cosa, tanto de ganar al mejor equipo del mundo como de perder con un equipo humilde que lucha por la permanencia, de todas maneras, este Atlético nos demostró la temporada pasada que puede meterse en Champions bajo presión para hacer volver a sonreír a los aficionados de la rivera del Manzanares.

Se debe tener en cuenta que Atlético y Villarreal, aparte de depender de sí mismos también dependen del Valencia y Sevilla, el equipo hispalense, parece muy improbable que baje de esa plaza de Champions, pero el Valencia deberá jugar contra el Madrid , que llegará con ganas de lavar su pésima imagen ante el Barcelona, y el Villarreal, otra bonita lucha tras la cual alguno de los dos puede perder su plaza de Champions. Otro partido decisivo será el Atlético-Valencia, una verdadera final en el Manzanares donde los colchoneros ,si llegan en una buena situación de puntos, pueden llevarse la esperada y ansiada plaza de Champions.


Hace un tiempo, cuando el Atlético perdió ante el Racing y cayó a la séptima posición, parecía imposible que los rojiblancos se volvieran a enganchar a la lucha por la máxima competición europea después de haber visto su actitud y juego, por tanto en ese momento el Atleti tenía tan difícil la Champions, que solo el podía conseguirlo, y ahora tras dos jornadas el Atlético vuelve a estar ahí.


Sin duda, de estos tres equipos que aspiran a entrar en Champions, todos lo merecen, el Valencia querrá volver para quitarse la espina que tiene clavada debido a la mala imagen que dio el último año que estuvo, quiere volver para demostrar que es aquel equipo que a punto estuvo de eliminar al Chelsea hace unos años pero que Essien evitó, quiere sin duda volver a codearse con los mejores equipos del mundo.


El Villarreal querrá volver a repetir la buena imagen que ha dado en los años que la ha jugado, quiere volver a toparse con el Arsenal en una fase final para demostrarle que esta vez ganará el submarino y así borrar de la historia de este equipo esa situación en la que Riquelme fallaba aquel penalty que valía una final, quiere por tanto seguir dando guerra por Europa desplegando aquel maravilloso juego.
Y por último el Atlético de Madrid, querrá volver a jugar aquella competición en la que ha sido un grande, un temido por los demás, para así recordar a todo el mundo quién es el tercer equipo de España, quien es el equipo que conquistó nueve ligas, nueve copas del Rey y una copa intercontinental y quién es el equipo que a punto estuvo de ganar la copa de Europa en un día que los atléticos prefieren no recordar, y por tanto en el deseo de este club está hacer creer que desde el descenso hasta ahora solo ha sido un parentesis en su historia, y que nada ni nadie evitará que vuelva a ser uno de los mejores equipos de Europa.

Otro año sin Puerta