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domingo, 25 de mayo de 2008

EL Manchester, campeón de Europa


El Manchester United inglés se alzó con la Copa de Europa tras derrotar en la final al Chelsea en los penaltys, en lo que fue una final descafeinada por momentos. Al principio, y durante los primeros 45 minutos, todo fue buen juego y ocasiones, tanto por parte de los de Ferguson, como por la de los de Grant, si bien es cierto que los del escocés merecieron más. Y recibieron su premio en una jugada en la que un Cristiano inmenso (solo en la primera parte, ya que después se diluyó por completo) hacía un golazo con la testa en el 26' aprovechando un centro de Brown. 1-0 gana el Manchester. Pero los de Grant no se arredraron, y empezaron a apretar, aunque la defensa del Manchester hizo que el Chelsea crease juego pero no jugadas. Vidic y Ferdinand, centrales del United, estuvieron inconmensurables durante todo el partido. Cristiano no cesaba de crear peligro, pero ni Carlitos Tévez, que no tuvo su día, ni Wayne Rooney, acertaban a remachar las ocasiones generadas por el de Madeira. Pero cuando el primer tiempo estaba casi acabado, una jugada con mucha fotuna tras un mal tiro desde la frontal de Michael Essien, acabó con el remate a gol de Lampard tras previo barullo en el área. Empataba el Chelsea justo cuando el árbitro pitaba el final de la primera mitad.

La segunda parte fue muy aburrida. El Chelsea salió con más ganas, pero de nuevo la defensa de los de Ferguson impedía la entrada de balones al área, donde Didi Drogba, Frank Malouda y Joe Cole esperaban ansiosos la llegada de ocasiones que no llegaban. Así finalizaron los 90 minutos reglamentarios.


La prórroga siguió el mismo transcurso que la segunda parte del partido. Aburrida, sin juego ni ganas, esta prolongación solo sirvió de cansancio para los desalentados jugadores que, ahora sí, deberían decidir la Champions en los penaltys.


Comienza lanzando Tévez, para el United. Un penalty bien tirado. El Manchester respira. Pero Ballack tampoco falla. 1-1 en los penaltys. El segundo penalty del United corre a cargo de Michael Carrick. El mediocentro, que cuajó un partido discreto pero correcto, marca por la izquierda. El 'héroe de París', el ex del Barcelona, al que dio su última Champions, Iuliano Belletti, lo marca raso. El brasileño ha contado poco para Grant, pero ha demostrado que en los momentos serios, se puede contar con él. 2-2. Pero entonces llegamos a la tercera tanda de penaltys. Cristiano Ronaldo toma carrerilla, y para engañar a Cech, para en seco a la mitad de esta. El portero checo demuestra sus nervios de acero y ni se inmuta. Así, Cristiano, nervioso, tira mal a la izquierda y Cech para. Para el Chelsea, tira Frank Lampard. El jugador franquicia londinense rompe la igualada, y la Champions se le complica al United. 2-3. Cuarta ronda de penaltys. Owen Hagreaves, que lleva al Manchester en la sangre, transforma la pena máxima. Al igual que Ashley Cole, con su penalty bien tirado a la izquierda que a punto estuvo de parar Van der Sar. 3-4. Para seguir vivo, el Manchester tenía que marcar y que el Chelsea fallase. El portugués Nani daba un atisbo de esperanza a los de Manchester, y todo estaba en las botas de John Terry. El capitán. El máximo símbolo del Chelsea. El que rechazó en su día ofertas de los mejores clubs del mundo para triunfar en un Chelsea que entonces no era nada. El central fijo de Inglaterra. Si marcaba, todo estaba acabado. Se llevaría a casa la Champions. Su primera Champions. Quizá fue eso en lo que pensó cuando se disponía a lanzar el penalty. Puede ser que mientras se aproximaba al balón pensase en el trofeo. Lo quería todo suyo. Y le pasó factura. Justo cuando va a golpear el balón, engañando a Van der Sar, Terry se resbala, y el balón se desvía mucho, y golpea en la madera. El capitán se desespera. No se lo puede creer. De nuevo empate. 4-4. Sexta ronda de lanzamientos. El joven brasileño Anderson transforma por el centro, algo escorado, su penalty. Kalou vuelve a igualar el marcador. 5-5. Muerte súbita. Todo o nada. Si uno falla y otro marca, se acabó todo. Séptima tanda de lanzamientos. Ahora es sobre el otro capitán, el del United, en el que recáe todo el peso de la Champions. Pero Ryan Giggs es perro viejo, y sabe aguantar la presión. Transforma su penalty. Posiblemente ese puede ser su último tanto con el United. Turno de Nicolas Anelka. Uno de los mayores trotamundos de la historia del fútbol. El que en su día fue el fichaje más caro de la historia del Real Madrid, se dispone a intentar que el Chelsea siga vivo en esto de la muerte súbita. Pero el francés está nervioso. Tiene mucha tensión encima. En frente, un motivado Van der Sar se dispone a dar la Champions a su equipo. Sería la tercera de la historia del Manchester. Sería un precioso homenaje a las víctimas de aquel fatídico accidente del 6 de Febrero de 1958 en Munich. Se cumplen 50 años de la tragedia. Y que mejor manera de recordar a los Eddie Coleman, Roger Byrne, Lyan Whelan o Duncan Edwards que logrando el trofeo que les acredite como el mejor equipo del continente europeo. Anelka mira la pelota, sigue nervioso. No lanza bien. Tampoco lo hace mal. El balón se dirige hacia la derecha de la portería de Van der Sar. El holandés se tira como un gato, y logra despejar el balón. Lo lograron. Tras más de dos horas de sufrimiento el United se llevó la victoria en la primera final inglesa de la historia. Grant intentaba en vano consolar a John Terry, y de Anelka nadie parecía acordarse. Cristiano lloraba como un crío, tendido en el césped. Y no era para menos. Eran campeones.

1 comentario:

Quique dijo...

Buenísimo el final. Perfecto, un gran artículo.

Otro año sin Puerta