Novak Djokovic se presentaba en la final del TMS de Roma bastante fresco, ya que prácticamente no había tenido necesidad de jugar los cuartos de final ni las semifinales, habiendo disputado sólo dos encuentros, un puro trámite ante Steve Darcis (49º jugador ATP) y otro, el único serio hasta hoy, en el que sufrió de lo lindo para derrotar a Igor Andreev, y eso le ha ayudado para derrotar al Wawrinka en tres sets por 4-6, 6-3 y 6-3 en dos horas y cuatro minutos de juego. Por el contrario, Stanislas Wawrinka se presentaba en la final después de haber jugado la fase previa y partidos muy duros, habiendo tenido un único respiro ante Roddick.
Y ese respiro se hizo patente en el primer set, en el que, tras un comienzo titubeante, el helvético logró una ruptura en el cuarto juego, que consolidó con un grandioso revés a una mano y un seguro servicio y que acabó manteniendo hasta que ganó la manga, después de cuarenta minutos. El cambio de set le sentó bien a Djokovic y en el quinto juego logró su primera ruptura, que mantuvo hasta cerrar el set con una gran jugada en la primera oportunidad que tuvo, en el mismo tiempo en que Wawrinka ganó el primero.
Pero toda una semana hizo mella en el helvético, que en el primer juego de la manga definitiva cedió el 'break' y después del tercer juego solicitó la presencia del principal centro de atención del torneo, el fisioterapeuta, que después del masaje en la espalda dejó a Wawrinka que volviese a la pista, aunque sólo fuese para esperar a que el serbio lograse otra ruptura y terminase después de dos horas y cuatro minutos con la resistencia del helvético, consiguiendo además su primer torneo en tierra, rompiendo la racha de victorias españolas en Roma, tierra de lesiones.
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