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sábado, 27 de septiembre de 2008

Cansado de esperar.

Once años han pasado desde que Paolo Bettini saltase al profesionalismo. Sólo hubo de pasar un año para que 'El Grillo' inaugurase su palmarés con la cuarta etapa del Tour de Romandía. En vista de su calidad, Mapei le fichó en 1999 y consiguió varias victorias: en la Tirreno Adriático, de la que se llevó una etapa, el Giro de Lucca y una etapa. Rellenó el cupo de victorias del año con la primera etapa de la Vuelta a Galicia y otra etapa en el Memorial Cecchi Gori.

El cambio de siglo le sentó bien y estalló en la primera temporada del siglo 21, conquistando su primer 'Monumento', la Lieja-Bastogne-Lieja y la etapa del Tour de Francia que concluía en Dax, junto al Trofeo Soler (Challenge de Mallorca) y el Memorial Cecchi y Gore (junto a dos etapas).

El primer encuentro de Bettini con el Campeonato del Mundo no fue demasiado agradable, en 1998, cuando finalizó en la 63ª plaza. Sin embargo, el 'Grillo' no se rindió y en 2000 volvió para finalizar en noveno lugar.

Empezó 2001 como un tiro con dos etapas en el exótico Tour de Langkawi. Su progresión se frenó y apenas apareció durante el resto de curso, volviendo a las portadas con su plata en el Mundial de Lisboa. Finalmente, Bettini recuperó el tiempo perdido ganando una etapa en el Giro de Lucca y el Campeonato de Zúrich. En el último año de Mapei, Paolo ganó mucho y de calidad: el Giro de Liguria y dos etapas, una etapa de la Tirreno Adriático, la Lieja-Bastogne-Lieja, el Tour de Valonia y una etapa, el Giro del Lazio, la Copa Sabatini, una etapa del Giro de Lucca y la general final de la desaparecida Copa del Mundo.

Y fue en 2003 cuando Paolo Bettini pasó a ser el mejor clasicómano del momento. Fue afinando la puntería en el Tour del Mediterráneo, cuya general ganó. Pronto le salieron las cosas y se hizo con el triunfo en la Milán-San Remo y el Campeonato de Italia en ruta. Terminó el año con sendos triunfos consecutivos en la HEW Classics de Hamburgo y en la Clásica de San Sebastián, además de revalidar la victoria en la Copa del Mundo. Sólo le faltó la medalla en el Mundial de Hamilton, donde Astarloa, Valverde y Van Petegem coparon el podio y él fue cuarto.

2004 era el año señalado, con el Mundial en casa. Las expectativas se acrecentaron con sus triunfos: una etapa en el Tour del Mediterráneo, la Tirreno Adriático y dos etapas, el GP de Camaiore y una etapa de la Vuelta a Suiza. El éxtasis llegó con el oro en los Juegos Olímpicos de Atenas. Todo pintaba bien... pero entre un coche de acompañamiento y el incómodo invitado, Óscar Freire, le apartaron del triunfo en Verona. Cerró la temporada con su tercera Copa del Mundo consecutiva.

En 2005 se estrenó en el Giro de Italia y la Vuelta a España, con una etapa en cada una. Fracasó de nuevo en el Mundial de Madrid, donde fue decimotercero. Encorajinado, Bettini ganó el Giro de Lombardía y el Campeonato de Zúrich sin lugar a réplica.

La fe ha sido una constante en la carrera del pequeño corredor de Cecina, y volvió a una de sus carreras predilectas, Tirreno Adriático, de la que se llevó un par de etapas, buscando la preparación ideal para el Mundial de Salzburgo. Vovlió a ser el mejor en el Campeonato de Italia, y ganó una etapa en el Giro de Italia. En la Vuelta terminó su test de cara al Mundial, anotándose un triunfo parcial. Y llegó el oro, en Salzburgo, la ciudad de la música, que premió al mejor clasicómano del siglo con el arco-iris. Por desgracia, la maldición del arco-iris cayó sobre él y lloró la muerte de su hermano poco después, vengándole en Lombardía.

No obstante, la maldición no se aparto de él, y durante todo el año padeció de una preocupante falta de pegada. Sólo una triste etapa del Tour de California le acompañaba, pero en la Vuelta volvió a recuperar el olfato: una etapa y para casa. Algo pasaba, 'el Grillo' volvía. Y Bettini recuperó el remate en Stuttgart, manteniendo el arco-iris un año más.

Por último, en 2008 se ha hecho con el triunfo en el GP de Namur y en el Trofeo Matteotti. En la Vuelta ha ganado en Toledo y Suances, mostrando una gran forma, y busca en casa agrandar aún más su leyenda.

De esta forma, Paolo Bettini decide poner punto y final a su carrera deportiva a sus 34 años, aburrido de aguardar a una oferta de renovación de Quick-Step. Se va uno de los grandes, uno de los mejores corredores de principio de siglo, y si cabe aún mejor persona que corredor, que ya es difícil.

1 comentario:

Quique dijo...

Fernando, el Mundial de Futbol Sala por Teledeporte.

Saludos.

P.D. ROSSI CAMPEÓOOON!!!!

Otro año sin Puerta