El Tour se reinventa.

2009 debe ser el año en el cual ASO confirme su poderío en el panorama ciclista desbancando a la moribunda Unión Ciclista Internacional. Para ello está anunciando un año de fuertes emociones, con la compra de gran parte de las acciones de la Vuelta Ciclista a España y un espectacular recorrido de su carrera grande, el Tour de Francia. Con o sin Armstrong, con o sin Vinokourov, la Grande Boucle presentará unas duras y emocionantes jornadas montañosas.

No es segura la presencia del heptacampeón, pero su influencia se deja notar con el regreso de la contrarreloj por escuadras. Esta es una especialidad casi inexplorada por los equipos españoles, tan sólo abordada por el mítico ONCE-Eroski, con pésimos resultados lejos del conjunto vasco, pero una disciplina estrechamente ligada a las siete conquistas del texano. Otra novedad importante será la visita de la carrera a territorio español. Gerona será llegada y Barcelona tendrá ambos papeles (salida y llegada).

Quizá sea un guiño a Contador...o a Sastre, o a muchos otros españoles, dominadores del Tour desde la retirada del soberano de la carrera desde 1999 hasta 2005. Prudhomme, es, como de costumbre, esquivo tanto para una cosa como para la otra. un año más, el Tour de Francia nacerá fuera de las fronteras francesas. Esta vez no demasiado lejos: en el Principado de Mónaco. No parece que la organización quiera lideratos para velocistas, pues el 4 de julio arrancará la prueba con un prólogo de 15 kilómetros como aperitivo, probablemente demasiada distancia para los Bennati, Cavendish...

Pronto, al cuarto día, llega la contrarreloj por equipos, de casi cuarenta kilómetros por Montpellier. La sexta jornada se disputa íntegramente en territorio español, entre Gerona y Barcelona. La primera etapa de montaña de la carrera es más propia de su igual en España, es decir, de la Vuelta. Salida en la Ciudad Condal, llegada en la estación de Ordino, en pleno nexo entre Francia y España (Andorra). El gran coloso de los Pirineos repetirá en esta edición; el Tourmalet no faltará (novena etapa, con final en Tarbes). Habrá una semana de teórica transición durante la que la Grande Boucle visitará tierras helvéticas. La tranquilidad desaparecerá de un plumazo en Le Grand Bornand. Al día siguiente, la habitual contrarreloj larga, de tintes decisivos en los últimos años, esta vez menos trascendente: el juicio se lo reserva el 'Monte Pelado', el mítico Mont Ventoux, tierra inhóspita para Armstrong. Y...¿para Contador?