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martes, 11 de noviembre de 2008

GP Brasil: ¿Quién dijo que la Fórmula 1 no era emocionante?



En la última curva de la última vuelta. Así fue como se decidió el Mundial de Fórmula 1 en el circuito de Interlagos, en una carrera sin mucho parangón pero de lo más emocionante. Desde la salida las cosas se mostraban calentitas. Cuando sacaron el cartel de 3 minutos para el comienzo de la carrera, comenzó a diluviar inexplicablemente sobre lo que entonces parecía el azul cielo de Brasil. Todo cambiaba de nuevo. Las ruedas, todo. Pero Massa seguía en su nube, con su 'pole' esperando un error de Hamilton fruto del rizar del rizo del nerviosismo tan propio de él. Total, que 10 minutos más tarde de lo previsto comenzó una carrera marcada por la lluvia desde la primera curva. Nelson Piquet padre decía que Hamilton no pasaría de la primera curva por el odio que le tienen otros pilotos. Se equivocaba, aunque a punto estuvo de afirmar su teoría. Curiosamente, quien no completó ni una curva fue su hijo, que acabó estampado contra un Coulthard que corría su última carrera, en la cerrada 'S de Senna' de la primera vuelta. Safety Car en pista. Menuda campaña de ambos. Coulthard ya sabía que este era el broche final a 14 años de carreras, por lo que su frustración era más que comprensible. Pero, ¿y para Piquet?. Nadie ha confirmado su presencia en Renault el próximo año y las conversaciones con Giorgio Pantano, campeón de la GP2, para el próximo año con el equipo de Briatore están más que avanzadas.

Tras las primeras curvas, los nervios no parecían acusar demasiado al piloto de McLaren, que le valía con ser quinto para ser campeón del mundo. Mantuvo puesto en la salida, y pese a algún que otro sustillo, tenía esa quinta posición que le valía para ser campeón. Nada ni nadie parecían ni querer ni poder impedírselo. Por delante, Massa era primero, con Vettel, Alonso y Raikkonen por detrás. Trulli, Kovalainen y Heidfeld realizaban salidas horrorosas y se perdían en la clasificación. Así las cosas, comenzó a llover a cántaros, y los pilotos tendrían que volver a parar para poner neumáticos de diluvio.

Tras ello, la clasificación cambió un poco. Massa, Alonso y Vettel seguían al frente, en un primer grupo. Después vendría ¿Fisichella?. Sí, así es. El italiano hizo caso de las previsiones de su equipo, que anunciaban lluvia extrema, y, como salió desde boxes, se calzó los neumáticos de diluvio desde la primera curva. Pese a llevar un Force India, peor coche de la parrilla con diferencia, el transalpino no lo hizo nada mal, y logró contener a Raikkonen varias vueltas, hasta que el finés logró pasarle. Pero por detrás llegaba un grupo masivo de coches entre los que se encontraban, por este orden, Hamilton, Bourdais, Trulli, Glock, Heidfeld y Kovalainen. Fisichella no olvidaba la temporada pasada, cuando Hamilton y Dennis hicieron la vida imposible a su amigo Alonso en McLaren, y puso toda la carne en el asador para que el británico no pasara. Al final era obvio que lo lograría, pues el McLaren es claramente superior, pero el italiano no perdía nada por probarlo. Hamilton, como pensaba Giancarlo, se puso nervioso, y a punto estuvo de perder su mundial en la 20ª vuelta y en la 'S de Senna', donde no embistió a Fisichella de milagro, cuando, al adelantarle, acabaron casi en la grava. Bourdais, en esa misma curva de esa misma vuelta, era expulsado de la pista por un ligero toque con Trulli. El francés volvía a la pista, pero sin opciones casi de puntos, una vez más. Glock, aprovechándose de esta coyuntura, se ponía por detrás del Force India de Fisichella, a quien rebasa solo una vuelta después. Kovalainen, mientras, se recuperaba y colocaba octavo, por delante de Trulli, Heidfeld y Webber.
Justo antes del momento de una nueva parada para cargar gasolina dejó de llover. Tras esta, las posiciones se estabilizaban. Massa continuába primero, por delante de Vettel (que aún debería hacer otra parada). Alonso era tercero, pero virtualmente segundo porque no ha de parar más. Raikkonen rodaba cuarto, mientras que en quinto puesto iba Glock, que se pegaba por momentos a la parte trasera del McLaren. Por detrás, Kovalainen, Trulli, Heidfeld, Webber, Fisichella, Button, Barrichello, Bourdais, Rosberg, Nakajima y ... ¿Kubica?. Sí. El polaco estaba a verlas venir, totalmente decaído, esperando que las vueltas pasasen, sin ánimo de correr ni de nada. Solo tenía por detrás a Sutil, y estaba realizando su peor carrera desde que corre en F1. Está claro que si Heidfeld le supera en clasificación, su ánimo se arrastra. O eso ha dejado vidente esta temporada.
Las cosas seguían igual, y solo un milagro podía privar a Hamilton de su ansiado cetro. Y este llegó a solo 9 vueltas del final en forma de más lluvia. Lo que faltaba. Más morbo. Más emoción. Otra esperanza para Massa. Cuando salieron del 'pit', el brasileño seguía dominando, por delante de Alonso y Raikkonen, que habían ganado una posición en detrimento de Vettel, a quien no le quedaba combustible y tuvo que parar a causa de la mala estrategia de su equipo. Tras ellos rodaba Timo Glock, el único de los pilotos que había en pista que no habían cambiado ruedas. No perdía nada, pues Hamilton le quedaba ya muy lejano y la posibilidad de lograr un cuarto puesto le tentaba. Y de que manera. Ni en su peor pesadilla podía haber previsto lo que le vendría después. Hamilton seguía 5º, pero ahora con un aliciente más de emoción. Vettel rodaba pegado a él, como una exhalación. Si el alemán pasaba a Lewis, Massa sería campeón. Las vueltas pasaban, Sebastian lo intentaba y Hamilton se defendía como gato panzarriba. Pero en la penúltima vuelta, Kubica, amigo de Alonso y Massa, quería hacer algo grande. Hamilton y Vettel luchaban, y el polaco, 13º, en un intento de desdoblarse, frenó a Hamilton y Vettel le metió el coche. Increíble: Vettel era quinto, y Massa campeón. Y para colmo del inglés, Trulli se aproximaba. Última vuelta. De nada servían los inútiles intentos de Sutil y Button, amigos de Lewis, de intentar entorpecer a Vettel en sus doblajes. Massa entraba líder del Mundial. Por fin había demostrado que no es tan mal piloto. Pero por el equipo le decían que ya lo había logrado, que era campeón. Craso error. Alonso entraba segundo, logrando así convertirse en el mejor piloto de las últimas 8 carreras y arrebatándole el quinto puesto del mundial al alemán Nick Heidfeld. Raikkonen completaba el podio y se ganaba el puesto para el año que viene. Recta de meta. Incertidumbre total. Lo celebran tanto en McLaren como en Ferrari. ¿Qué pasa aquí?. Los monitores de tiempos lo dicen claro. Vettel, cuarto; y Hamilton, quinto. Campeón, el más joven de la historia. Solo supera por meses a Alonso. Nadie se explica lo que pasa. En Ferrari piensan que debe haber un error, hasta que ven lo que realmente pasa. Timo Glock no había cambiado ruedas, y en la última vuelta la tormenta se mostraba más fuerte que nunca. Timo sacaba casi 14" a Vettel y Hamilton en el último giro, pero el menudo alemán se mantenía a duras penas en la empapada pista con sus desgastados neumáticos. En la última curva de la última vuelta del mundial, a poco más de 500 metros para la meta, Hamilton y Vettel enzarzados en su lucha adelantaron a lo que ellos veían dada su velocidad como un doblado pero que en realidad no era otro que el simpático alemán de Toyota. Ni Alonso, ni Kubica, ni Heidfeld, ni Kovalainen. El auténtico juez del mundial había sido él. La cara de los familiares de Massa era todo un poema. La guapa Nicole Scherzinger (cantante de las Pussycat Dolls y novia de Hamilton) celebraba junto a la familia de Lewis la consecución del campeonato más pobre de los últimos años, en el que hubiera bastado con ser regular para estar arriba. Cierto es que Massa no merecía mucho ganar, y que no puntuó hasta la tercera carrera, pero es tan cierto como que Hamilton ha sido el menos errático y, de nuevo, ha vuelto a tener suerte, esta vez con el tema de la electrónica, que poco le ha fallado. Glock entraba sexto, pitado por las gradas de Interlagos, y tras él, Kovalainen y Trulli (pasado en el último suspiro por el finés) completaban los puntos. Tras los ocho primeros finalizaban Webber, Heidfeld, Kubica, Rosberg, Button, Bourdais, Barrichello (en seguramente su última carrera), Sutil y Nakajima y Fisichella con muchos problemas. Cabe destacar que solo abandonaron Coulthard y Piquet.





Hamilton es así, como ya dije antes, con sus 98 puntos, el campeón más joven de la historia, otro trofeo más que añade a su ya prestigiosa colección. Solo por un punto ha vencido a Massa. Raikkonen finalizó tercero, en detrimento de un Kubica que ha firmado un final de temporada desastroso. Ambos han logrado 75 puntos, pero el finés logró dos victorias por solo una del polaco. Al igual que su compañero Heidfeld, que decae hasta el sexto puesto de la clasificación con 60 puntos y continúa, un año más, sin ganar una carrera, convirtiéndose en el único de los ocho primeros que no lo ha logrado. Pese a todos los problemas que a lo largo del año ha tenido Alonso, su espectacular final, con victorias en Singapur y Japón y segundo puesto en China le han aupado, con 61 puntos, a la quinta posición. En séptimo puesto ha finalizado Kovalainen, con 53 puntos y una victoria en Hungría, mientras que Vettel, que ganó en Monza, se convierte en la sensación del año con sus 35 puntos a lomos del Toro Rosso. Completan el 'Top 10' los Toyota de Trulli, que logró un tercer puesto en Francia, y que logró 30 puntos, y del más que comentado a día de hoy Timo Glock, que finalizó segundo en Hungría y en cuyo casillero se encuentran 25 tantos. Piquet, compañero de Alonso en Renault logró 19 puntos.

Por lo menos Ferrari se lleva el Campeonato del Mundo de Marcas. Ha obtenido 172 puntos, por 151 de McLaren, y 135 de BMW, estancada en el último tercio del año. Por detrás, Renault obtuvo 80 puntos y finalizó en cuarto puesto. Toyota fue 5º, con 56 puntos. Con 39 terminó Toro Rosso, filial de Red Bull, a la que superó en 10 puntos, y que dejó mucho que desear en carrera, pues lo que Webber lograba los sábados no se materializaba en los Grandes Premios.


Esto ha sido todo lo que nos ha deparado una apasionante temporada de Fórmula 1, que hemos narrado desde los inicios en Australia en Marzo hasta el día de hoy, con fin en Interlagos. Más de 8 meses han pasado. 5500 kilómetros han pasado. Pero nos tenemos que despedir de la Fórmula 1, por lo menos, hasta Marzo de 2009. O por lo menos de las carreras, pues seguiremos informándoles de lo que ocurra en el 'paddock'. Ponemos así un punto y final a todo esto y esperamos que hayan disfrutado con los resúmenes. Nuestro consejo, el de siempre: No se pierdan lo que viene, porque promete. Muchas gracias.

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Otro año sin Puerta