La selección española de baloncesto se impuso a la de Argentina (90-88) en su tercer partido de preparación para los próximos Juegos Olímpicos de Beijing, en una reedición de las semifinales del Campeonato del Mundo de Japón que resultó más complicada de lo que cabía esperarse después de lo visto al final de la primera parte.
España derrotó a la vigente campeona olímpica en un partido vibrante, que resultó un perfecto homenaje en primer lugar a las estrellas del baloncesto nacional, ovacionados en los prolegómenos, y al diario Marca, que celebraba su 70 aniversario.
Aíto García Reneses sumó su tercera victoria consecutiva como seleccionador nacional en un partido que dominó España en todo momento y que se comenzó a complicar en el tercer cuarto, cuando el juego nacional pasó a ser más espectacular que efectivo. Sin embargo, el combinado nacional demostró porqué es campeón del mundo y subcampeón de Europa.
Y es que España fue muy superior al comienzo del choque y se comportó como un campeón en los últimos compases, cuando más tranquilidad se necesitaba. Dirigidos en la pista por Raúl López, España cogió ventaja muy pronto gracias a su fortaleza defensiva, que impidió desarrollar el juego de ataque de la albiceleste. Así, los campeones del mundo siempre llevaron la iniciativa en el marcador aunque Argentina iba reaccionando poco a poco.
Pese a ello, España nunca perdió su estilo y con él se hizo dueña del partido. La defensa en zona dificultaba el ataque rival, mientras que la movilidad y la velocidad arriba favorecieron a los locales. El buen hacer de España desgastó mucho a Argentina, que pronto tuvo que hacer cambios para no cargarse de personales.
Al inicio del segundo periodo los de Aíto sufrieron un bajón que inmediatamente fue corregido. Los campeones olímpicos aprovecharon para recortar diferencias, pero continuaban sin encontrarse cómodos y sin saber cómo abrir la defensa española. La entrada de Felipe Reyes dio un nuevo aire al equipo proporcionándole mucha seguridad en el rebote ofensivo, puesto que con él se conseguían segundas jugadas que contrarrestaban los errores previos.
De hecho, fue el propio Reyes el que permitió a España alcanzar su mayor diferencia en el marcador con quince puntos arriba. El madridista forzó una personal a Scola para sumar una jugada de dos más uno que recuperó a sus compañeros. De esta forma la ventaja siempre se mantuvo en torno a los diez puntos, otorgando al combinado nacional mucha tranquilidad para afrontar el resto del encuentro.
En la segunda mitad, el guión cambió completamente. Consciente de su ventaja, quince puntos antes del descanso, España comenzó a desarrollar un baloncesto más efectivo. Multiplicó sus entradas por el centro y forzó más las jugadas, lo que permitió un mayor disfrute de la grada a costa de ir viendo reducida su diferencia en el marcador, que se cerró en el tercer cuarto con ocho puntos a favor de España.
Los de Aíto, que perdieron momentaneamente la cara al partido, intentaron reaccionar a pesar de ello en el periodo decisivo. No obstante, no lograron volver a ofrecer la misma superioridad que en la primera parte y fueron capaces de mantener su ventaja gracias al tiro exterior.
Raúl López, Rudy Fernández y sobre todo Calderón (18 puntos al final) permitieron que España siguiera dominando en el electrónico mientras Argentina apuraba sus posibilidades de victoria. Los de Sergio Hernández apretaron hasta el final y llegaron a situarse a un punto en el marcador, encendiendo los ánimos de su rival, que se había visto con una victoria cómoda.
Así, el encuentro terminó calentándose y España acabó sufriendo más de lo esperado, pero volvió a dejar claro que se trata de uno de los equipos con más variantes del mundo y por ello uno de los grandes candidatos al éxito en Beijing. Cuando más complicado se puso el partido, España no perdió los nervios y gracias a ello pudo sumar su tercera victoria consecutiva desde la línea de tiros libres y por tan sólo dos puntos.
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