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martes, 25 de mayo de 2010

Memorias de un Celtinha

Si bien ahora el Celta es conocido como un equipo mediocre de la categoría de plata de la liga española, puedo afirmar que no siempre fue así, pues hace unos pocos años nos hizo disfrutar del fútbol tanto en la Liga española, como en Europa.

El Celta es un sentimiento, un anhelo permanente de grandeza, que por los avatares del destino siempre se ha quedado en el intento. Con esto me refiero a que, pese a que el conjunto olívico ha hecho habitualmente buenas temporadas, siempre se ha quedado a las puertas de la consecución de algún título.

De todas formas, lo que aquí pretendemos poner de manifiesto, no es otra cosa que la decadencia de uno de los equipos más importantes de la historia del fútbol español. Para ello, podemos remitirnos a las numerosas participaciones del equipo en la hasta hace poco llamada copa de la UEFA (ahora Europa League), una participación en la Champions League (doblegando a equipos como el Milán), la consecución de la Intertoto en 2001, o el gran nivel desplegado durante años en la Liga española y en la Copa del Rey.

Si bien es cierto que el Celta fue uno de los equipos de moda en los últimos años, contando con grandiosos jugadores entre sus filas como Gustavo López, Mostovoi, Karpin, Penev, Gudelj, Jesuli, Edú o Makelelé. Ahora la realidad es muy distinta, pues apenas luchan por la permanencia en la Segunda División.

Los descensos, y las malas temporadas siempre han encontrado a la suerte como el principal culpable; pero lo cierto es que han sido la ineptitud de los diferentes presidentes, los malos planteamientos de los entrenadores y las lesiones de los jugadores punteros de la plantilla quienes han truncado esos sueños de seguir progresando.

Como consecuencia de todo esto, el Celta ahora está inmerso en un proyecto fundamentado en la cantera, que por suerte está dando como resultado la aparición de bastantes jugadores más que interesantes. Bajo la batuta de Eusebio Sacristán (que intenta el imposible de implantar el juego de toque del Barça en la Segunda española) el año próximo intentarán de nuevo el ascenso a Primera.

Los celtinhas nos refugiamos en el dicho que postula que “el que tuvo retuvo”, y apelar a la paciencia, pues si no se pierde la esperanza, y se le otorga el siempre importantísimo apoyo al equipo por parte de la afición, se puede llegar lejos. Y si no, que se lo pregunten al Atlético de Madrid, que ha sabido esperar luchando año tras año, hasta que por fin ha conseguido un título en este 2010, dejándonos a todos los españoles orgullosos y prendados del fútbol rojiblanco. Por tanto, démosle un voto de confianza a este nuevo proyecto vigués, con el colosal deseo de que cuanto antes se vuelva a escuchar la Rianxeira en los estadios de Primera.

Hala Celta!

1 comentario:

gattamelata dijo...

Claro que sí. Yo recuerdo al Celta de siempre en Primera.
Me gusta esta aportación, que ensancha la perspectiva del blog, incluyendo opiniones sobre otro equipo al que como mínimo hay que considerar un clásico dentro del fútbol español.

Otro año sin Puerta