El futuro, en manos de Maxi

La vida da vueltas, muchas, muchísimas vueltas. Las cosas cambian de un momento a otro, casi sin quererlo, sin que nada pueda oponerse al imberbe destino. Particularmente, el de Abel Resino cambió en la 21ª jornada de la ya concluida Liga, cuando, inmerso en el sueño del casi imposible ascenso con el Castellón, le llegó una llamada de Miguel Ángel Gil para que relevase a Javier Aguirre como entrenador rojiblanco. Resino, que veía como el club de sus amores se iba poco a poco al garete, trató de reconstruir un plantel que contaba sin duda con numerosas incógnitas planteadas por el técnico mejicano. Y a su planteamiento reformista pronto le salió un lunar: Maxi Rodríguez. El interior argentino, que recibió un cariño de lo más especial por parte de Aguirre culminado con la entrega del brazalete de capitán en detrimento de Antonio López, totalmente reacio a la marcha de su mayor valedor, se mostraba siempre en desacuerdo con el técnico de Talavera, quien, harto de sus desplantes, de sus malos modos, de sus escasas muestras de modestia y humildad, y sobretodo de su avezado descaro, terminó por retirarle del once titular, lo que le obligó a experimentar en el flanco atacante derecho con jugadores como Pernía o Sinama. El divorcio Maxi - Abel finalmente tuvo final feliz, con el equipo en cuarto lugar, que le acredita para disputar la próxima edición de la Champions, y con el técnico revalorizado, y totalmente exento de cualquier polémica ante su valiente decisión de sentar a la Fiera, y al lograr exprimir lo mejor del tridente Simao-Agüero-Forlán en la delantera.

Ante esto, la directiva, envuelta en el jolgorio, ha decidido que quiere seguir contando con el que fue el mejor portero de cuantos han defendido la meta rojiblanca como míster, y Resino, que quiere prolongar su etapa como entrenador colchonero, solo ha puesto un impedimento a su continuidad: Maxi. Todo parece indicar que Abel sólo seguirá si el '11' abandona la entidad del Manzanares, circunstancia a día de hoy bastante complicada, pues Miguel Ángel Gil, máximo accionista del club, y Jesús García Pitarch, director deportivo, no parecen querer dejar marchar al argentino por cualquier precio. Y visto el pésimo rendimiento que ha ofrecido durante este curso, su extenso grado de chulería, y el hecho de que ya cuenta con casi 30 primaveras, a ver quien es el listo que se rasca el bolsillo para llevarse a la Fiera. Y por supuesto, no vayan a creerse que Maxi piensa marcharse del equipo así por las buenas. Querrá lo que se le debe de los años de contrato que le restan en el club, y en estos momentos en la parroquia de la Ribera del Manzanares no están como para despilfarrar billetes. Aquí es donde se plantea el dilema rojiblanco. El futuro del club está en manos de quien menos nos podríamos esperar. En manos de quien ha pasado de héroe a villano en menos de medio año. En manos de un 'capitán' que en los próximos tiempos nos demostrará si de verdad le importan los colores que a día de hoy defiende. Y es que, como reza la frase con la que se inicia éste artículo, la vida da muchas, muchísimas vueltas...